En la soledad de su taller, el escultor hace, deshace, añade, insufla su aliento...

Con Miguel Couto.
Con Miguel Couto.

Hasta el 27 de marzo alberga el Palacio Municipal de A Coruña una interesante muestra de escultura, cuya autoría pertenece al escultor Miguel Couto. Una veintena de esculturas representan no solo la figura humana.

 

 

En la soledad de su taller, el escultor hace, deshace, añade, insufla su aliento...

Hasta el 27 de marzo alberga el Palacio Municipal de A Coruña una interesante muestra de escultura, cuya autoría pertenece al escultor Miguel Couto. Una veintena de esculturas representan no solo la figura humana en diferentes acepciones; la mitología está presente en la muestra. Nos adentra el artista en materiales tan propios del género humano (no en vano estamos hechos de barro), y barro utiliza Miguel para crear su obra, ese elemento juntamente con  el agua  al que va modelando y dando formas insospechadas. El fuego le otorga permanencia  en el tiempo. De la fusión de estos elementos surge la obra de arte. Esta llega al espectador convertida en las esculturas que se pueden contemplar.

El escultor modela la arcilla con sus manos, le añade elementos, y en la soledad de su taller hace, deshace, añade, insufla su aliento, le da vida, va trabajando la materia prima con primor, en un momento dado él mismo se sorprende de lo conseguido. Después de este largo período creativo hace el molde en cera para luego entregarlo a la fase final, para convertirlo en bronce. Llega al espectador con las consabidas pátinas o bruñidos, incluso imperfecciones, huellas de esta tarea creativa, dando así personalidad a esta obra. El dorado natural, el típico verde del bronce o el bruñido dan a la pieza característicos  efectos lumínicos, las superficies ásperas llenan de expresividad toda la obra. Una muestra más que interesante que no debemos dejar de visitar.

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