La mejora en educación pasa por la suma de esfuerzos y trabajo cooperativo

La desunión de nuestras principales instituciones educativas se presenta como uno de los grandes impedimentos a tener en cuenta en el progreso hacia una educación de mayor calidad. 

Hoy día nos faltan dedos para enumerar los “problemas” que tiene, o se dice que tiene, la educación. Se plantean numerosos obstáculos. Pero algunos resultan verdaderamente preocupantes. En cualquier universidad podrás escuchar a profesores que afirmen que los maestros de los centros educativos no enseñan de la forma que deberían. O, desde el otro lado,  puedes encontrar a más de un profesor de colegio, quien te dirá que de nada sirve que profesores universitarios, que llevan sin pisar un colegio décadas, enseñen métodos idílicos de enseñanza cuando la realidad escolar no da opción a innovar.

Seguramente los problemas reales no se encuentran en ninguna de estas dos instituciones que, al fin y al cabo, tienen como objetivo principal y común la mejora de la educación. Cabría reflexionar sobre si es razonable la inmensa cantidad de contenidos que plantea el curriculum y que se pretende que sean adquiridos por el alumnado. O sobre si es válido afirmar que la educación “no va bien” utilizando como argumento la puntuación obtenida en pruebas de evaluación externas como las de PISA; pruebas que además el alumnado de nuestro país aprueba (algunas comunidades por encima de la media), y sólo se utiliza como argumento para indicar nuestro mal en educación la comparación con otros sistemas educativos. Comparaciones realizadas fuera de contexto.

Una de las cuestiones que realmente debería preocupar en el campo de la educación y que seguramente no se considera como un “problema” de la misma es la falta de conexión entre universidad y centros educativos. Se trata de instituciones de las que se necesita la mayor cooperación. En la actualidad la investigación educativa avanza a gran velocidad. Se trata de una investigación que conforma una gran nube de teoría. Los profesores de los centros educativos no tienen en cuenta esta investigación a la hora de dar clase; y es normal, si consideramos  que los profesores investigadores de las universidades, en la mayoría de ocasiones, no cuentan con los maestros en la realización de sus estudios y proyectos de investigación. Sin duda, este hecho constituye uno de los verdaderos males de la educación.