¿Rechaza una parte de la izquierda española más al PSOE que al PP?

Pedro Sánchez, ex secretario general del PSOE. / Mundiario
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE. / Mundiario

Como dijo Pérez Tapias en su campaña de las primarias, “150 años no garantizan que sobrevivamos los próximos 5”. ¿Es real amenaza sobre el partido fundado por Pablo Iglesias?

¿Rechaza una parte de la izquierda española más al PSOE que al PP?

Como dijo Pérez Tapias en su campaña de las primarias, “150 años no garantizan que sobrevivamos los próximos 5”. ¿Es real amenaza sobre el partido fundado por Pablo Iglesias?

Uno de los rasgos más llamativos de esta nueva izquierda que quiere unirse de cara a las elecciones del próximo año es que no solamente lo haría contra el PP sino que también buscan hundir al Partido Socialista. O lo que es lo mismo: han puesto al mismo nivel a la derecha que al socialismo español, y por esto mismo acabará ganando nuevamente el PP. Si no a corto, sí a medio plazo, porque en los casos donde el gran Frente Popular le arrebate las alcaldías al PP, en 4 años la derecha volverá a retomarlas por mayoría absoluta. 

El último en sumarse a esta moda del Frente Popular contra el “bipartidismo” ha sido Julio Anguita, el cual en un larguísimo y tedioso artículo insufrible deja claro que odia incluso más al PSOE que al PP, animando a un pacto entre todas estas siglas de izquierdas que parecen interminables pero ninguna de ellas termina de ofrecer una alternativa realista a la configuración política, social y económica del momento. No sé si alguien le dijo al ex líder de IU que el muro de Berlín terminó cayendo, y que el comunismo ha fracasado en el mundo entero. Lo digo porque ciertas opciones que se plantean como alternativa al “bipartidismo” serían de dudoso cumplimiento en este mundo que se encamina a una gobernanza multinivel o globalización económica interdependiente, donde parece inútil buscar esa lucha anti capitalista y donde la obligación moral de la izquierda sería encontrar nuevos caminos desde donde transformar este “Euroreich” en el que vivimos colonizados por Alemania y convertir España y Europa en un espacio de justicia social y cohesión democrática que podría simbolizarse en una nueva Unión Europea del Bienestar. 

La fragmentación de la oferta partidista en nuestro país llega a tal punto que nos ofrece una sola forma de supervivencia inmediata: la alianza, ya sea temporal o depredadora. Una alianza en la izquierda (ese Frente Popular anti-PSOE), y también una alianza de cara a la derecha, que sería la resultante entre UPyD y Ciudadanos. En medio quedarían el PP y el PSOE, con ese fantasma de la “gran coalición” que formarían para sobrevivir al ataque de las coaliciones. Pero en política, lejos de plantearse el futuro mediante fantasías y experimentos, siempre es necesario intentar plantear el mañana lo más cerca de la realidad posible. Prometer utopías no es un estímulo poético hacia la ciudadanía sino un engaño y un fraude, y más en un país como España donde la gente ha decidido curarse de su desencanto apostando por el populismo mediatizado, donde sus propuestas más estalinistas se ocultan y donde los ataques más ridículos y absurdos de la derecha se promocionan. Así es normal que Pablo Iglesias siga en permanente “luna de miel” demoscópica. 

Pero dejando a un lado las expectativas de vida de este hipotético Frente Popular, el socialismo debe entender que en el 2015 se enfrenta a un desafío donde no se tratará de si obtiene más poder, conserva el mismo o pierde lo poco que tiene. En 2015 el PSOE se juega su razón de ser en la política española, corriendo el riesgo de terminar como el famoso PASOK o el Partido Liberal de Canadá, que ha acabado en la más absoluta de las irrelevancias sociales. Como dijo Pérez Tapias en su campaña de las primarias, “150 años no garantizan que sobrevivamos los próximos 5”, y esta amenaza más que real sobre el partido fundado por Pablo Iglesias no puede dejarse en manos de cargos públicos y orgánicos que no están dispuestos a dar lo mejor de sus vidas a la tarea tan complicada de devolver al socialismo español al lugar que se merece. 

Si los votantes de izquierdas cuando miran al PSOE solo ven a cargos aburridos, sin ilusión y que huyen de los problemas en vez de afrontarlos de cara, bien porque son unos inútiles, bien porque viven en connivencia con ellos, es totalmente razonable que cosechen los resultados que desde el 2011 vienen cosechando los socialistas. Pienso que no existe una fórmula mágica para revivir al socialismo, pero sí existen caminos ya probados que llevan una y otra vez al fracaso. Hace pocos días un compañero del partido me preguntó sobre el porvenir que nos esperaba, y mi propuesta fue clara: el que seamos capaces de escribir luchando, porque si no luchamos no tendremos ninguno.

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