¿Cuándo volveremos a abrazar a los familiares y amigos?

Hombre con mascarilla mirando a través de una ventana. / RR SS.
No debemos auto-engañarnos con la temporalidad de la Covid-19.

Esta enfermedad infectocontagiosa es una realidad con la cual deberemos convivir, ya que permanecerá latente varios años.

¿Cuándo volveremos a abrazar a los familiares y amigos?

En estos tiempos, la pregunta que muchos se hacen es: ¿La Covid-19 es una de las infecciones respiratorias agudas más peligrosas de los últimos 110 años? Sin lugar a dudas, les puedo aseverar que esta enfermedad infectocontagiosa es de las más letales; este coronavirus nos ha mostrado, con su comportamiento, que tiene una alta capacidad de contagio, incluso algunas estadísticas publicadas en varios medios establecieron que era un 22,2% más alta que el virus de la influenza de 1918 y 1919 (el de la mal llamada gripe española).

Como sabemos, la historia de la humanidad ha sido marcada por varias pandemias que nos han hecho vivir temibles pesadillas; sin embargo, de todas ellas, y como un icono, se destacan la gripe o Influenza. Si elegimos como ejemplo lo que ha sucedido en EUA, y si comparamos sus datos estadísticos, podremos evaluar el desarrollo de esta pandemia:

> En la Gripe de 1918-19, en sus tres oleadas fallecieron, aproximadamente, 675.000 personas; mientras que en la Covid-19, hasta el 21 de septiembre de 2020, los muertos superaban las 203 mil personas, en su primer brote, y actualmente superan los 492 mil; es decir, que en menos de 5 meses los casos fatales se multiplicaron por  2.42. Ahora, si hiciéramos una proyección en el tiempo, es posible determinar que en unos cinco meses más se va a superar el número de muertos de la mayor crisis sanitaria que azotó al país del norte.

Estas estadísticas puntuales nos sugieren que el SARS-CoV-2  se ubica entre los virus pandémicos más letales de los últimos 110 años de la historia sanitaria del mundo. A la vez, desde que fue declarado como pandemia por la OMS -Organización Mundial de la Salud-  el número de infectados pasó de 500 mil a superar los 30.76 millones en los primeros seis meses; y actualmente superamos los 109.1 millones de infectados (es decir, que en 11 meses se multiplicó por 218.2 veces).


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La covid-19 es una de las enfermedades infecto contagiosas más letales


El avance y la amenaza que significa la Covid-19 ha puesto al desnudo la incapacidad de los distintos sistemas sanitarios y nos deja como muestra un desgarro en la sociedad que además tiene un riesgo añadido, que son los grupos más vulnerables, como es el caso de los enfermos de cáncer, EPOC, diabetes, hipertensión u otras patologías cardíacas, en los posibles trasplantes, etcétera. Esto último lo subrayo, porque es muy habitual que los pacientes no concurran a los centros asistenciales por miedo a contagiarse, por falta de camas, de personal o por sugerencia de algunos médicos; si no es una emergencia nadie acude al médico. Es decir, es algo muy traumático o doloroso lo que nos toca vivir; el hecho de que los vínculos más cercanos se hayan puesto en una situación extrema donde los familiares no sepan que hacer desde la distancia, incluso arriesgándose a no poder darles el último adiós.

<p>Esta enfermedad infectocontagiosa permanecerá latente por varios años</p>

Símbolo del coronavirus.

En estas circunstancias cabe preguntarnos: ¿Cuándo terminará todo esto? o ¿cuándo podremos volver a abrazar a los familiares y amigos? En mi opinión, no debemos auto-engañarnos con la temporalidad de la Covid-19; esta enfermedad infectocontagiosa es una realidad con la cual deberemos convivir, ya que permanecerá latente por varios años; podrá ser controlada en los países europeos, pero el riesgo de rebrotes permanecerá por un largo período, sustentado por aquellos países que no logren vacunar, al menos, a las 3/4 partes de su población, o por el riesgo de nuevas cepas resistentes a las vacunas disponibles o por la propia capacidad del virus de mutar. En esta foto los efectos colaterales se verán reflejados, muy especialmente, en los pacientes de mayor riesgo, donde el gran dilema pasa por dejarse morir de pena, por estar desatendidos o porque el virus los atrapó. @mundiario

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