Las células se adaptan a la gravedad del espacio

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Samantha Cristoforetti en la ISS. / NASA.

El campo gravitacional es esencial dentro de la evolución humana, ha estado presente por unos 4.000 años, pero ¿Cómo se adapta la fisiología humana en donde ya no existe gravedad?

Las células se adaptan a la gravedad del espacio

En el largo camino para poder conquistar al espacio, el humano ha tenido que descifrar cálculos matemáticos imposibles, desarrollar tecnologías avanzadas, superar las presiones culturales, creer en las posibilidades o incluso enviar primero a un perro, a monos y moscas para verificar que no era peligroso llegar tan lejos. Al llegar el humano hasta el ansiado espacio, los científicos pudieron empezar a investigar sobre los cambios que ejerce la gravedad en el cuerpo humano.

Un reciente estudio realizado por la Universidad de Zurich y publicado en la revista Nature ahonda en los fenómenos espaciales que afectan la fisiología del humano y como pueden, o no, ser un problema.

La fuerza del cuerpo humano

Gracias a los valientes astronautas, los científicos han podido comprender que el cuerpo humano se adapta al nuevo entorno gravitacional en cuestión de horas o semanas, todo dependiendo de cada organismo individual y la forma en que la microgravedad afecte a las células y moléculas que conforman al ser vivo. A pesar de esto, los astronautas que han pasado largas temporadas en el espacio, no se han visto afectada su salud por los enormes cambios; dejando como teoría a los expertos el hecho de que las células que conforman al cuerpo humano tienen una gran capacidad de adaptación.

Al enfrentarse a un nuevo ambiente las células pasan a alterarse, pero enseguida se adaptan y recuperan las funciones que ejercen. Ahora bien, los científicos de la Universidad de Zurich quisieron saber cuál es el tiempo que tardaban las células en adaptarse, y lograron averiguarlo gracias a un experimento realizado en tiempo real.

Experimento complicado y curioso

Los científicos tuvieron que hacer mediciones en tiempo real de un proceso que realizaron en conjunto con la astronauta Samantha Cristoforetti de ESA, quién se encargó de descongelar células inmunitarias de mamíferos terráqueos dentro de la Estación Espacial Internacional (ISS). Luego, la astronauta tuvo que colocarlas en una centrifugadora que se encargó de generar gravedad artificial, así la células fueron expuestas a distintos niveles de gravedad y los científicos pudieron observar su evolución.

El resultado final fue sorprendente, los científicos comprobaron que las células solo tardan unos 42 segundos en adaptarse, la recuperación de los distintos efectos fue bastante rápida y su reorganización asombrosa. Ahora los científicos se plantean nuevas interrogantes entre las que se encuentra una que hace mucho eco, y es que ¿cómo es posible que las células que jamás han experimentado la ingravidez puedan adaptarse tan rápidamente a un ambiente tan diferente? Este experimento resulta interesante y positivo debido a los futuros planes que consisten en colonizar a otros planetas y formar sociedades lejos de la Tierra.

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