El trabajo del maestro es educar, y para educar tiene que haber un mínimo de autoridad

Aula.
Aula de un colegio.

Un colegio es incapaz de demostrar que un alumno no acudió a un examen. Para solucionarlo obligaron a cada alumno que se presenta a un examen a firmar su asistencia.

El trabajo del maestro es educar, y para educar tiene que haber un mínimo de autoridad

Aunque parezca una representación teatral jardielista, les aseguro que es un caso real. La acción trascurre en un colegio, durante la realización de un examen final de septiembre. La maestra se percata de que el alumno Florencio Baselgo —nombre ficticio tomado precisamente de la obra "Madre, el drama padre", de Jardiel Poncela— no ha acudido al examen. Evidentemente, su nota es "No presentado". La obra terminaría aquí si el susodicho no hubiera jurado y perjurado en casa que él realmente sí hizo el examen. Sus padres, acuden al colegio solicitando explicaciones y la maestra les explica la situación, pero ellos no la creen y deciden poner una reclamación en la correspondiente consejería de Educación.

 

Cuando llega la inspección, el colegio no puede demostrar que Florencio no se presentó al examen, a pesar de contar con el testimonio de la maestra y de algunos alumnos. Aseguran desde la consejería que no hay pruebas evidentes que determinen que nuestro respetado alumno no hizo el examen por lo que tienen la obligación de repetirle el examen.

 

¿Qué sociedad, o debería decir parafraseando a la genial Mafalda, qué zoociedad hemos creado en la que la palabra de un alumno tiene el mismo peso jurídico que la de un maestro? Una cosa es consentir que los maestros golpeen y maltraten a los alumnos como hacían años ha —seguramente cuando sus padres o abuelos acudían a la escuela— y otra bien distinta equiparar al alumno y al maestro. Pensaba que el trabajo del maestro es educar, y para educar tiene que haber un mínimo de autoridadReconocer que el maestro sabe y el alumno aprende. Parece sencillo ¿verdad? Pues no lo es.

 

 

Muchas gracias responsables de la Educación. Muchas gracias por destruir el sistema educativo. No han dejado piedra sobre piedra.

 

¿Cuál será el siguiente desvarío? ¿Será el alumno quien se corrija sus propios exámenes para evitar traumatizarlo con suspensos? Ya están cerca de conseguir sus propósitos. La sociedad que han creado es analfabeta. Ya somos manejables. Ya pueden hacer con el país lo que se les antoje. Ahora ya sabemos que para triunfar en la vida no hay que esforzarse, sino tener el carné de un partido gobernante y el resto vendrá solo.


Piensen. Sean buenos.

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