Alternativas atlánticas, en el sistema mediático (I de II)

Mensaje en gallego sobre la manipulación informativa.
Mensaje en gallego sobre la manipulación informativa.

Florecen en Galicia nuevos espacios democratizadores que ayudan a refrescar la oferta informativa y cuya principal virtud consiste en dar voz a quién no tiene garantizado un acceso mínimamente igualitario.

Alternativas atlánticas, en el sistema mediático (I de II)

Florecen en Galicia nuevos espacios democratizadores que ayudan a refrescar la oferta informativa y cuya principal virtud consiste en dar voz a quién no tiene garantizado un acceso mínimamente igualitario.

 

En diciembre de 2014 se publicaba “El secuestro de la televisión pública” advirtiendo del lamentable estado en el que se encuentran hoy medios de comunicación al servicio descarado de gobiernos del PP: de TVE a Telemadrid, pasando por RTVG, RTV de Castilla la Mancha o el desconectado Canal 9 , vemos de manera constante episodios que demuestran cómo instrumentos supuestamente garantes de la pluralidad han sido reconvertidos en pozos sin fondo orientados a la deformación de la realidad, la ocultación masiva y la burda propaganda. Todos ellos son modelo de la recurrente estrategia neoliberal consistente en degradar y acabar trocando económicamente insostenibles servicios públicos con la intención finalista de que manos privadas, siempre visibles y alejadas de lo aséptico en lo ideológico, extiendan sus zarpas haciendo negocio -también- con el derecho constitucional a la información veraz y de calidad. Otra perversa fuente y forma de corrupción, además de poderosa arma de control social.

Estos ejemplos, junto al de buena parte de los medios privados audiovisuales y escritos de mayor difusión, conforman un ecosistema mediático obsceno que anula la pluralidad de visiones sobre múltiples acontecimientos y que tan sólo el acceso a Internet corrige parcialmente, determinando una percepción general crecientemente negativa sobre el rol que desempeña la profesión periodística en la salud democrática de cualquier comunidad política, parejo al desprestigio de buena parte del orden institucional vigente y los viejos partidos.

El hecho nos plantearía la falsa disyuntiva de tener que escoger entre medios públicos inevitablemente manipulados o medios privados que manipulan: la no alternative como respuesta y motor de todo nuestro horizonte. No hay más que ver el tratamiento sesgado que se hace de la agitada actualidad griega, como reflejaba hace un mes el profesor Vicenç Navarro , o la campaña de largo recorrido que viene orquestándose contra gobiernos progresistas latinoamericanos, para darse cuenta de que buena parte de las agendas políticas se conforman a través de un minado desinformativo que desarma de razones a la opinión pública con intereses espurios. Sin adentrarnos en cómo se legitiman intervenciones militares y guerras de agresión allende los mares, se tratan conflictos internos o externos o en cómo se abordan realidades complejas a través del consumo rápido e irreflexivo que brinda el infotainment[1].

¿Hay alternativas?

Como todavía queda ciudadanía consciente capaz de organizarse para proveer mecanismos de auto-defensa -y no están prohibidos aún- surgen y se van consolidando iniciativas que disputan la hegemonía en los metarrelatos configuradores de los marcos cognitivos de referencia. Algunos, como los promotores de La Tuerka, entendieron hace tiempo que para batallarlos se requería un trabajo orientado a crear contra-poder con el interés táctico de insertarlo en los aparatos oficiales. Una suerte de entrismo comunicacional. Mucho antes, por añadir otro ejemplo, la izquierda alternativa vasca sostuvo medios comunitarios propios que reflejaron la multiplicidad de visiones sobre la comprensión del mundo en espacios no mediatizados. Resulta una constante histórica universal, especialmente desde el siglo XIX[2]: el ejercicio del poder a través del control sobre los flujos informativos, la tendencia a la concentración oligopólica y sus resistencias. El documental británico Sombras de Libertad hacía un retrato magistral del circuito viciado al que hacemos referencia y de sus consecuencias para los fundamentos en los que se asienta la filosofía organizacional socio-política contemporánea, en proceso de desintegración.

En esta línea contra-hegemónica florecen en Galicia nuevos espacios democratizadores que ayudan a refrescar la oferta y cuya principal virtud consiste en dar voz a quién no tiene garantizado un acceso mínimamente igualitario. Es, además, una vieja tradición en un país tristemente acostumbrado a que sus voces más críticas hayan sido acalladas. Desde la Xeración Nós[3] la travesía en este apartado contó con momentos de esplendor relativo, bajo la efímera II República, y de un ostracismo que duró hasta bien entrado el tardofranquismo. Bajo el viejo nuevo régimen ninguna experiencia contó con el beneplácito de las autoridades, a excepción de una TVG usada de manera torticera y folclórica. Cualquier intento fue minorizado, o directamente saboteado desde el poder real. La irrupción de la Red supuso un balón de oxígeno que contó con altibajos: amén del fenómeno blog una pléyade de diarios digitales que contaron el mundo con lentes gallegas emergieron con diferente fortuna, pues retar el establishment del Grupo La Voz y los locales Faro de Vigo, El Progreso, La Opinión o La Región tiene, inevitablemente, consecuencias: hemos visto desaparecer cabeceras como Vieiros, Galicia Hoxe, A Nosa Terra o Xornal de Galicia que, con errores y aciertos, nunca resultaron cómodos. A día de hoy es Praza Pública quién mejor mantiene este espíritu, sobreviviendo no sin dificultades. En el apartado audiovisual aparecen dos proyectos modestos, distintos entre sí pero complementarios, y muy interesantes: Galiza Ano Cero  e Irmandade TV, que este año esperan dar un salto de calidad e influencia en la Red y fuera de ella. Entrevistas, debates e información sobre todo aquello que los demás niegan, tergiversan o hacen desaparecer: periodismo genuino y combativo, también contra el plan de analfabetización en idioma gallego promovido desde las instituciones y amparado en los altavoces mediáticos. Resistencias más que necesarias en estos tiempos, al servicio del común.

 


[1] Neologismo que hace referencia a la mezcla entre información e entretenimiento

[2] “Privatización de la censura de prensa” (pag. 26, Atlas de Historia crítica y comparada. Monde Diplomatique)

[3] Conjunto de intelectuales gallegos, coetáneos de las Irmandades da Fala, que confirió a la cultura gallega una altura intelectual que raramente había tenido hasta entonces (primer cuarto del siglo XX).

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