Abusos y atropellos a los derechos humanos, civiles y laborales: el día a día en Myanmar

Un trabajador de la construcción en Yangón, Myanmar. / ONU
Un trabajador de la construcción en Yangón, Myanmar. / ONU

La intervención militar en Myanmar ha desencadenado la pérdida de la libertad de al menos 11.500 personas, la muerte de varias decenas más y la persecución de sindicatos y organizaciones civiles.

Abusos y atropellos a los derechos humanos, civiles y laborales: el día a día en Myanmar

Se empeora la situación de los derechos humanos en Myanmar. El ejército del país tomó el poder el 1 de febrero de 2021, lo que obligó a decena de miles de personas a desplazarse para escapar del conflicto armado y de las detenciones arbitrarias por parte de las fuerzas de seguridad, quienes declararon el estado de emergencia y apresaron a todos los niveles del gobierno civil democráticamente electo. Sin embargo, pasados unos días, el Ministerio de Trabajo, Inmigración y Población anunció que 16 sindicatos y organizaciones de la sociedad civil no estaban registrados, pero operaban como “organizaciones laborales ilegales”.

A propósito de esta violación de los derechos humanos, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó este miércoles un informe en el resaltan como los sindicatos y las organizaciones civiles que sirven a los trabajadores y a los migrantes de ese país son víctimas de arrestos arbitrarios, detenciones, violencia, allanamientos de morada y oficinas, incautación de equipos, amenazas, interrogatorios e incluso, acoso. Acciones que restringen significativamente la capacidad de operación de estos grupos, aunque sus miembros perseveran en su labor con ajustes a su forma de trabajar.

El informe del organismo de la ONU sostiene que los sindicatos y las organizaciones civiles han tenido un papel determinante en la protección y el avance de los derechos laborales en Myanmar, sin embargo, ahora corren el riesgo de desaparecer.

Aceptar el abuso o perder el trabajo

El estudio de la OIT está basado en el relato de un líder que da fe de redadas y destrucción de bienes en los domicilios de los dirigentes de su sindicato. Además, señalan que el ambiente laboral es un entorno abusivo, pues los trabajadores deben aceptar cualquier cantidad de atropellos y malos tratos si quieres mantener sus empleos.

Sin embargo, para hacer frente a esta situación de los trabajadores de Myanmar, la OIT instó a la comunidad internacional a aumentar su flexibilidad y capacidad de respuesta otorgando un amplio financiamiento e irrestricto a los organismos perseguidos. De hecho, la directora regional adjunta del organismo para Asia y el Pacífico, Panudda Boonpala, dijo que “la comunidad internacional debe apoyar a estas organizaciones para ayudarlas a sobrevivir y continuar con su trabajo vital”. @mundiario

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