La tensión entre la Unión Europea y el Reino Unido ensombrece la cumbre del G-7

Los líderes posan juntos en la cumbre del G-7 en Cornualles. Twitter @eucopresident
Los líderes posan juntos en la cumbre del G-7 en Cornualles. / Twitter @POTUS
Joe Biden pretendía centrar la cumbre en China, pero la crisis de Irlanda del Norte ha eclipsado cualquier tema en la reunión de Cornualles.
La tensión entre la Unión Europea y el Reino Unido ensombrece la cumbre del G-7

La creciente tensión, las llamadas de atención y la desconfianza mutua entre la Unión Europea y el Reino Unido ensombrecen una cumbre del G-7 que prometía ser un éxito desde sus inicios. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden pretendía centrar la cumbre en China, y lo ha conseguido, pero a medias: la crisis de Irlanda del Norte ha terminado por eclipsar cualquier tema en la reunión de Cornualles. 

Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido y anfitrión de la jornada que reunió por primera vez desde hace casi dos años a los líderes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá, Italia, Japón y a los representantes de la UE, sabía que había mucho en juego. Y no ha desperdiciado su oportunidad. En unas declaraciones poco medidas, el líder del Partido Conservador ha amenazado incluso con invocar el artículo 16 del Protocolo de Irlanda del Norte, para dejar de cumplir unilateralmente con los compromisos post-Brexit exigidos por Bruselas. “El Reino Unido es un solo país y un solo territorio. A ver si consigo que se les meta esa idea en la cabeza”, ha dicho.

Londres reclama una nueva prórroga para los controles aduaneros que está obligado a realizar sobre las mercancías que viajan desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte. El Acuerdo de Retirada firmado por ambas partes para sacar adelante el divorcio estable que dicho erritorio británico forma parte del Mercado Interior de la UE. Pero Johnson, presionado por el ala dura de su partido, maniobra a la desesperada para replantear los términos y lograr más flexibilidad. 

La UE ha dejado claro que podría imponer aranceles a finales de junio si Londres no cumple su parte: poner en marcha los controles que para algunos británicos suponen una ‘traición’ de Downing Street. En medio de esta guerra, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha adoptado la imagen más combativa. En el encuentro de Cornualles, el mandatario ha elevado el tono y ha advertido a Johnson que la única forma de “resetear” las relaciones entre ambos países para comenzar de nuevo es que hiciera su parte.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, han adoptado una postura menos incendiaria en una reunión bilateral con el primer ministro británico. “Negociamos un protocolo que preserva [la paz en Irlanda], firmado y ratificado por el Reino Unido y la UE. Queremos las mejores relaciones posibles con este país, pero ambas partes deben cumplir lo acordado. La UE permanece unida en esta postura”, escribió Von der Leyen en Twitter. La canciller alemana, Angela Merkel (quien asistía a la que será su última cumbre del G-7), se mostró a favor de esta misma línea moderada: en su reunión con Boris Johnson le ha pedido “que buscara una solución pragmática”.

 

Biden consigue el respaldo de Europa contra China

Aunque la tensión entre el Reino Unido y la UE ocupó la agenda central de la jornada, el  presidente estadounidense Joe Biden -que pretendía que el resto de líderes centraran su atención en la ‘amenaza’ de China y su influencia internacional- finalmente ha conseguido el respaldo de Europa para poner en marcha una iniciativa para contrarrestar la cruzada emprendida por Pekín con su “ruta de la seda”. 

Los líderes del G-7 han dado su visto bueno a un proyecto de colaboración público-privada que podría llegar a suponer una inversión de 40 billones de dólares, destinados a crear nuevas infraestructuras y comunicaciones que para hacer frente a los centenares de acuerdos desplegados por el gigante chino con países asiáticos, latinoamericanos o africanos. Washington también aboga por una postura más firme con China, pero queda por ver el tono final del comunicado de la cumbre: no parece probable que los firmantes estén dispuestos a romper todos los puentes con la potencia asiática en el contexto actual.

 

Más allá de Reino Unido y China

Los líderes convocados se han comprometido a trabajar en el impuesto mínimo de Sociedades de “al menos el 15%”, acordado por sus ministros de Economía en Londres a principios de junio. La entrega a los países más pobres y necesitados de mil millones de vacunas contra la Covid-19, la expansión de los estímulos fiscales (a petición de Biden) para salir de la actual crisis, la política exterior coordinada, el desafío del cambio climático y una “Misión 100 días” que permita al mudo estar preparado ante la próxima pandemia, han sido otros temas claves en la reunión más allá de Reino Unido y de China.

“Es fundamental que no repitamos los errores de la última gran crisis, la recesión económica de 2008, cuando la recuperación no se produjo de un modo uniforme en toda la sociedad”, ha dicho Boris Johnson al inaugurar la cumbre del G-7. “El mundo solo puede lograr una seguridad sanitaria global si prioriza la igualdad. Debemos reforzar nuestros sistemas sanitarios para que todo el mundo, no importa dónde vivan, se beneficie de una respuesta rápida ante amenazas futuras”, ha subrayado Melinda Gates, copresidenta de la Fundación Bill & Melinda Gates y encargada de presentar la propuesta en la última jornada de trabajo de la cumbre de Cornualles. @mundiario

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