Raúl Castro rechaza tajantemente volver a la OEA en nombre de Venezuela
El presidente Castro declaró que Cuba no formará parte de la OEA durante la cumbre de la Asociación de Estados del Caribe que se lleva a cabo en La Habana.
El deshielo entre Estados Unidos y Cuba comenzaba el 17 de diciembre del año 2014 cuando ambas naciones acordaron que restablecerían relaciones diplomáticas y normalizarían el aparente eterno diferendo entre ambas. La posibilidad de que así fuera se hizo más factible en julio de 2015 cuando se normalizó el intercambio bilateral y se giraron cartas firmadas por los respectivos presidentes de los dos países para abrir legaciones tanto en Cuba como en los Estados Unidos. Ello presagió una mayor liberalización en Cuba en todo sentido, y muchos expertos anunciaron la plena reintegración del país caribeño al concierto de las naciones.
En la región, la Organización de Estados Americanos albergó esperanzas de volver a admitir a Cuba en su foro, pero esa esperanza quedó eliminada este 5 de junio cuando el presidente en funciones de Cuba, Raúl Castro afirmó que su país no volverá a formar parte de este organismo porque le considera "un instrumento de dominación imperialista" a lo que añadió que Cuba mantiene "la más firme solidaridad con nuestro hermano pueblo de Venezuela y con el legítimo presidente Nicolás Maduro". Así Cuba cierra la puerta a una herramienta más a favor de su diplomacia e integración, y manifiesta su pleno apoyo al gobierno venezolano, alejándose de la senda de la apertura.
En una postura bastante restringida Raúl Castro ha mostrado buena voluntad en cuanto a Estados Unidos se refiere, pero no en cuanto a la OEA. A lo interno, tampoco se vislumbra una gran cantidad de cambios en cuanto a los derechos políticos y sociales de la población cubana, más allá de algunas medidas de carácter económico que buscan fomentar la pequeña y mediana empresa. No parece que Cuba necesite demasiado a la OEA, organismo del que fue excluida en enero de 1962, tras declararse una república marxista. En 2009, la OEA procedió a eliminar la suspensión sobre Cuba y abrió la puerta a su eventual reincorporación. Sin embargo y tal como parece, La Habana no tiene el más mínimo interés en volver.
