La financiación ilegal de los partidos, mayor fisura que el enriquecimiento ilícito

El ex tesorero del PP Luis Bárcenas.
La gravedad de la financiación ilegal de los partidos colisiona con la futura Ley de Transparencia y Buen Gobierno que deja fuera a los partidos, sindicatos, Casa Real y Banco de España.
La financiación ilegal de los partidos, mayor fisura que el enriquecimiento ilícito

Luis Bárcenas, extesorero del PP imputado en la trama Gurtel.

España está inundada de casos de corrupción, aunque no es de los peores, como tampoco de los que ocupen mejor puesto: el número 30 en el mundo y el lugar 13 entre los países de la UE. Es verdad que no existe Estado en el que no se haya producido algún o algunos escándalos de corrupción, pero España se diferencia porque carece de una cultura política y democrática que ponga freno a este fenómeno, que, por cierto, suele ir asociado a la decadencia económica. En la mayoría de los países de la UE el simple hecho de estar envuelto en un caso turbio es motivo de dimisión inmediata, mientras que en el nuestro vemos que los propios políticos de los partidos afectados, que son casi todos, se defienden diciendo que la imputación no es condenatoria y que hay que esperar a que se celebre el juicio y se pruebe la imputación o inocencia. Este argumento es válido para el proceso penal, pero no para el político.

Agencia Tributaria

Otra prueba de la carencia de cultura política contra la corrupción se manifiesta en la escasez de medios. En nuestro país poseemos una Agencia Tributaria inadecuada. Tenemos la mitad de medios que Alemania o un tercio de la de Francia. Los estudiosos del asunto señalan que las mayores fisuras de la transparencia no están en el enriquecimiento ilícito sino en la financiación de las formaciones políticas. Pues, ni siquiera ahora, con el escándalo superlativo: Bárcenas y el PP, ERES andaluces y el PSOE, Pallerols y CIU... se apuesta por una norma de transparencia que garantice todos los movimientos y operaciones de las instituciones, 20.600 en todo el Estado español. Aquí yace la gran contradicción, porque si la financiación de los partidos es el agujero mayor resulta que la futura Ley de Transparencia y Buen Gobierno deja fuera a las organizaciones políticas, sindicales, Casa Real y Banco de España.

La democracia se debilita

Es obvio que o la democracia pone coto a la corrupción o la corrupción pondrá coto a la democracia. De hecho, de un tiempo a esta parte se viene conspirando contra derechos de manifestación y expresión, como así lo ha puesto de manifiesto Amnistía Internacional, además de la conculcación de otros derechos fundamentales como el de la vivienda digna o el trabajo. Muy lejos está este país de alcanzar las prácticas de gobiernos como el de Finlandia, ejemplar en este contexto, en donde hasta la adquisición de una goma de borrar está bajo control democrático.

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