La crisis de abril 2018 y el sandinismo (IV)

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La crisis de abril 2018 y el sandinismo (IV).

El Dr. Jekyll y el señor Hyde: la dicotomía ética del fsln.

La crisis de abril 2018 y el sandinismo (IV)

En esta penúltima entrega el Ing. Hulasko Meza Soza nos hace referencia al extraño caso del trastorno disociativo de la identidad o trastorno de personalidad múltiple en la novela publicada en 1886 y escrita por el poeta escocés Robert Louis Balfour Stevenson, para que el lector  logre comprender la dualidad patológica de la moralidad existente dentro del partido sandinista/Orteguista y sus repercusiones en la actual crisis por la que atraviesa Nicaragua desde la protesta estudiantil ocurrida el 18 abril del 2018:

1) Las razones alegadas por uno y otro sector del sandinismo dividido, que tienen como objetivo fundamentar, explicar o justificar una u otra actitud, uno u otro hecho, apelando ambos a un “hábitus” que se fue configurando en el sandinismo como producto de todo lo que he señalado hasta aquí, pueden llevar, en el mejor de los casos, a la conclusión de que hoy por hoy lo que existen son grupos de “sandinistas buenos” y grupos de “sandinistas malos”…. Buenos y malos hijos de Sandino.

Como es de esperarse, ambos sectores señalan al otro de ser “Los malos hijos…. Los malos sandinistas”.

También es posible que haya una inclinación hacia uno u otro sector, y que se llegue a la conclusión de que uno de ellos es el consecuente y verdadero poseedor de la herencia ética de ese SANDINISMO que fue configurado por el propio FSLN. Es decir, que uno de ellos es el verdadero sandinismo FSLN-ista.

Personalmente considero que no es cierto nada de eso.

2) Los sandinistas buenos y los sandinistas malos no existen como expresión de una realidad política o social. Sólo existen para el observador externo como calificativos éticos-morales; pero que para la militancia introducen subrepticiamente modelos de conducta e indicadores de LO QUE SE DEBE HACER, en función del momento y los intereses.

Son los mismos sandinistas. Solo que, en mi opinión, van a tener uno u otro comportamiento y actitud, van a realizar una u otra acción en función de cuál es la tarea del momento: ¿La toma del poder para avanzar ese programa que llevará a la nación y sus habitantes a un futuro luminoso de abundancia y felicidad? ¿O la defensa de ese poder para poder avanzar ese programa?

El mismo objetivo, las mismas razones... pero diferente situación con respecto al poder.

- Para la toma del poder: hay que hacer todo lo que sea necesario, salvaguardando nuestros principios.

- Para preservar y mantener ese poder: hay que hacer todo lo necesario. Como vanguardia social sabemos que los principios están salvaguardados. La dirección de la organización, el dirigente, lo garantizan.

3) Por supuesto, también la conducta, lo que puede hacer o no esa militancia en un determinado momento, está en función de qué tan heterónomo es aún su comportamiento: ¿Qué es lo que dice el dirigente que hay que hacer?... ¡Entonces eso es lo que hay que hacer! Y pobres de ellos si sienten que aquél no baja la línea ni dice lo que se debe hacer.

4) Es bien ilustrativo de esa disciplina y comportamiento heterónomo la forma en que reaccionaron los grupos de sandinistas orteguitas que, fieles a esos paradigmas y principios que he resaltado, propugnaban por “combatir hasta la muerte” a los ciudadanos en las protestas, pero que no recibían ninguna orden del comandante. Desesperados, desesperanzados e impacientes, clamaban a gritos por su decisión; la cual esperaban y ejecutarían, por supuesto, con disciplina sandinista).

5) Estas características producen en el sandinismo una especie de doctor Jekill y mister Hyde. Dos personalidades completamente opuestas pero que son una misma persona; de la misma forma en que el bien y el mal son inherentes al individuo.

6) El Dr. Jekill, un científico, respetuoso de las leyes y del ser humano…. El señor Hyde, malvado, capaz de cualquier crimen, sin respeto a la ley ni a la persona humana.

7) En la novela de Robert Louis Stevenson la transformación de Jekill en Hyde se produce por efectos de tomar una poción que aquél ha inventado. Finaliza con el suicidio de Jekill al percatarse de que la única forma que tiene para que desaparezca definitivamente el señor Hyde es acabando con su propia vida... Y así lo hace.

8) Personalmente, considero que la poción que produce en el sandinismo ese comportamiento dicotómico, bajo cuyo efecto pasa de ser el Dr. Jekyll a convertirse en el señor Hyde, tiene un nombre: el poder.

Como señalé previamente, en función de cuál es su relación con el poder el sandinismo hará lo que sea para: en función de sagrados intereses, por supuesto. O, si es el caso, defenderlo, también en función de esos sagrados intereses.

9) La historia del sandinismo fsln-ista configurado por y en el FSLN de Carlos Fonseca está plagada de hechos que denotan tanto ese comportamiento dicotómico en función del poder, como la presencia en cada uno de las ideas vanguardistas de intransigencia y combate a muerte con el enemigo. Igualmente denotan las pugnas por el poder que nada tienen que ver con el desinterés y la entrega personal ni la disposición al sacrificio en función de los “supremos propósitos” de la lucha ni de los “sagrados intereses” de la sociedad y la nación.

Recordemos algunos de ellos:

- La división del FSLN en tres tendencias tiene como base, según sus principales protagonistas, en la imposibilidad de discutir, por las razones que fueran, las diferentes concepciones e ideas sobre la estrategia y la táctica, la política de alianzas, los sectores sociales prioritarios en las tareas de organización y movilización, etc. que existían en ese momento. Sin embargo, eso no impidió que las acusaciones mutuas de traidores y enemigos de la revolución dominaran la polémica. Los epítetos y descalificaciones fueron los que más la marcaron: fraccionalistas y cobardes (los proletarios), populistas y campesinistas atrasados (los de la GPP), brazo armado de la burguesía (los terceristas).

- Cabe resaltar que había en algunos de esos calificativos esa admiración y reverencia a los militantes que se jugaban la vida en el combate armado. (Al respecto, la entrevista de Víctor Tirado López que aparece en memorias de la lucha sandinista ilustra hasta qué punto esa conducta estaba llegando. En ella comenta de la expulsión que los líderes de la GPP decretan en contra de los terceristas y del alegato de “permanencia en el exterior y ausencia de la lucha en el país” que presentaba el grupo dirigente que estaba en Nicaragua para rechazar la posición de liderazgo que Carlos Fonseca tenía en la organización).

- Hoy se conoce que, además de las diferencias que había a partir de las concepciones estratégicas, también había una pugna por el control en el FSLN, por la hegemonía en su conducción; es decir, por el poder.

- Al respecto, en la entrevista de Luis Carrión que también aparece en ese libro, están narradas múltiples situaciones en las que se evidencia que las decisiones que tomaban los diferentes grupos en los que ya se había dividido la dirección del Frente estaban marcadas por esa pugna y por las desconfianzas e inseguridades que surgieron alrededor de las supuestas coincidencias políticas estratégicas y las fidelidades mutuas que se estaban comprometiendo y configurándose alrededor de la misma).

- La unidad final de las tres tendencias fue más producto del reconocimiento mutuo del peso que en la lucha contra la dictadura habían adquirido todas, que de la superación definitiva de sus diferencias políticas e ideológicas. Resalto aquí la importancia que tuvo en ese reconocimiento mutuo la negativa de las tres a renunciar al capital político que en la lucha contra la dictadura tenía el ser identificado como sandinista y la incansable labor que los miembros de las tres tendencias realizaron en el trayecto; misma que era el resultado de esos paradigmas y ética que ya eran los de “el militante sandinista”.

- Una de las primeras manifestaciones de la intolerancia a la crítica interna que se reforzó con el FSLN en el poder, lo fue el episodio que narra la autora Nadine Lacayo en su libro polvo en el viento. Comenta ella en dicho libro la decisión que toma la Dirección Nacional de desarticular al equipo de dirección del frente en la zona de Carazo  -del cual ella formaba parte-  como respuesta a las críticas y señalamientos de dicho equipo en torno a conductas y vicios reñidos con la ética y valores sandinistas que ciertos miembros dirigentes estaban mostrando.

- Como lo anterior puede caer en el ámbito de lo muy particular y por tanto, de relativa veracidad y confiabilidad, también señalo estos otros hechos:

- Entre los primeros prisioneros del gobierno sandinista después del 19 de Julio del 79 se encuentran precisamente los militantes de los partidos de izquierda, marxistas, que habían participado, inclusive con acciones militares, en la insurrección final. Para la dirección sandinista era previsible que su filiación política los convirtiera en un obstáculo para la implementación de la política, la estrategia y la táctica que el Frente ya había definido. Por tanto, eran enemigos potenciales de la revolución.

- Todos los miembros de una brigada de militantes trotskistas suramericanos, muchos de los cuales combatieron en el frente sur, que se habían constituido en lo que se conoció como la Brigada Simón Bolívar, fueron expulsados del país sin mayor trámite ni argumento. La labor de organización de sindicatos que habían desarrollado en las industrias de la carretera norte y otros sectores del país no fue bien vista por la dirección sandinista. Irónicamente, fue con la centena de sindicatos creados por ellos en los primeros treinta días después del triunfo del 19 de Julio que se forma inicialmente la Central Sandinista de Trabajadores.

- Fue bien resentida por los dirigentes y sindicatos de centrales no afines a la Central Sandinista de Trabajadores (CST) la forma en cómo desde el poder la dirección sandinista trataba a éstos y sus luchas: grupos de choques para neutralizar sus manifestaciones y actividades, capturas a dirigentes, represión en momentos cruciales de sus luchas, etc.

El problema radicaba en que el sandinismo, nuevamente, no podía confiar ni en la realización ni en los resultados de ninguna actividad sindical que no estuviera bajo su control y dirección. Esta particularidad mantuvo al movimiento obrero con el mismo código del trabajo somocista durante todo el gobierno del FSLN; y fue hasta que triunfó Violeta Barrios que se pudo diseñar y aprobar uno nuevo. Por supuesto, en esas circunstancias fue el sandinismo en el movimiento obrero el que estuvo al frente de esa lucha.

El boicot y ataque que se orquestó en contra de una concentración que el Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN) liderado por el ya en ese momento ex miembro de la junta de gobierno de reconstrucción nacional (JGRN), Alfonso Robelo Callejas había programado realizar en Nandaime para el 14 de Marzo de 1981. La acciones de boicot fueron calificadas como “una explosión de violencia popular - en parte incontrolada de una parte provocada por el clima de polarización reinante…..”.

Sin embargo, lo que yo considero como la mayor expresión de esa ética dicotómica del sandinismo es la forma en cómo fue abordado el problema campesino en las zonas que devinieron en teatro principal de movilización y operaciones de la contra revolución y el problema de las poblaciones indígenas en la costa atlántica nicaragüense. 

Es hasta la pasada década en que comienzan a conocerse, a través de diferentes estudios realizados por académicos, la versión de los nicaragüenses que fueron tildados en ese momento de traidores, vendidos al imperialismo, instrumentos de la agresión imperial y otros calificativos: los campesinos y los indígenas de esas regiones. En mi opinión, el libro Wangki Awala -nuestra memoria de la guerra para vivir en paz, publicado por la Universidad comunitaria Universidad de Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN) es muy revelador.

También están lo que hoy son abundantes estudios e investigaciones sobre el tema de la contra revolución en Nicaragua, pero desde la perspectiva de las motivaciones y causas que tuvieron y/o creyeron tener los entonces llamados campesinos contrarrevolucionarios. @mundiario​​

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