Coaliciones para aprender a pactar

El fracaso del pacto demuestra que, entre los políticos, ni honrados ni ladrones tienen motivo para ponerse a trabajar. ¿España es lo más parecido a un negocio por el que nadie quiere arriesgar, ni cobrando?

Coaliciones para aprender a pactar

Comienzo abriendo paréntesis para la evidencia: La ilusión de buena fe en los honestos y el enriquecimiento personal en los pérfidos suelen ser los motores, contrarios, que alimentan las decisiones de atreverse a gobernar lo nuestro por parte de cada uno de los dos grupos principales de personas, aunque el resultado final sea siempre una escala de grises. Cuando el futuro es de confianza se rompen todas las barreras para encontrar compañeros de viaje y firmar acuerdos. Por si faltaba alguna prueba del desastre que es España tras cuatro años del PP, el fracaso del pacto demuestra que, entre los políticos, ni honrados ni ladrones tienen motivo para ponerse a trabajar. Esto, nuestro país, es lo más parecido a un negocio por el que nadie quiere arriesgar. Ni cobrando.

Pasando a lo concreto, o estamos todos locos o el peligro es que se cumpla la amenaza de que 26J = 20D, o aproximadamente, de tal forma que el PP consiga repetir porcentaje de bloqueo en el Congreso y mayoría absoluta en el Senado. El primero que quiera eso que levante la mano y se la corto. En conclusión, que lo del desastre de ir de nuevo a las urnas con Rajoy en el Gobierno se ha consumado, algo que los otros tres estaban obligados a evitar por la salud moral de la sociedad. Otra cosa que demuestra este fiasco es que, de los tres que han estado negociando, todos se han dedicado a molestarse mutuamente, por lo que a Rajoy le ha resultado muy fácil derrotar a todos a la vez con una propuesta embustera, pues es de sobra sabido que nadie quiere contagiarse de la corrupción ajena. Por eso, por la vergüenza que todos sienten, no es extraño que el 2 de mayo y cuando todavía quedaban horas para que venciera el plazo del fracaso, escuchasemos a una líder de Podemos, contestando a la periodista que “ya no hay que buscar culpas ni hablar del pasado, sino intentar convencernos para volver a votar” porque bla, bla, bla… Siempre me suena a culpable todo el que habla contra cualquier memoria, y más si se trata de política. Por eso, entre otras mil cosas, nunca podría votar al PP pero, aunque dicen lo mismo los del resto de partidos, tampoco me imaginaba que en el otro extremo los hubiera tan atrevidos que nos pidieran olvidar cuando ni siquiera nos hemos podido lavar la cara en el momento nuevo. Mal, muy mal.

De todas formas, el futuro es ley de vida y pondré precio a mi voto. Exijo ante las urnas una oferta lo suficientemente distinta como para pensar que no saldrá lo mismo que en diciembre. Dado que los líderes fracasados no van a soltar voluntariamente la mordida, para cambiar algo solo son posibles coaliciones coherentes y eficaces a nivel estatal. Por cierto, una de las modificaciones legales urgentes es el plazo para formalizar coaliciones electorales. Hay que ampliarlo si o si.

De casi la única que se ha hablado es de la que negociaron Garzón e Iglesias, el primero entre tensiones internas provocadas por el segundo, que es mayor de edad y, por tanto, responsable de sus actos. Solo conseguirá redistribuir votos en la izquierda, y quizás no tantos escaños, con un resultado global que no será decisivo por sí solo en ningún caso, pues hasta existe el riesgo en algunas provincias de que minorando al PSOE no aumenten los diputados de la coalición. Es lo mismo que ha pasado el 20D entre PP y C’s, un bello panorama minoritario en el centro-derecha que quizás el centro-izquierda no vuelva a encontrar, por despreciarlo durante cuatro meses. Nosotros pagaremos sus culpas. Además, un millón de votantes de Garzón dan para que muchos se abstengan o vuelvan al PSOE antes de perdonar los insultos de Iglesias. Y también podría ocurrir que muchos socialistas se dejaran cortar la mano de votar antes que elegir la papeleta de quien ha recordado la cal viva para hacer amigos a base de navajazos. Este antiguo tertuliano destila crueldad contra el que le parece débil y no le ceda el terreno que considera suyo de nacimiento, que ya dijo la memez de que no se llama Pablo Iglesias por casualidad. Nada más parecido a “por la gracia de Dios” para justificar su carrera, y no le he oído decir que esa frase también fue un error. No nos sorprende el PP, y con esto vuelve a condenarse, que con lo muy atrevidos que son para insultar busquen dictaduras lejanas para comparar a Iglesias, nunca podrían citar a Franco porque muchos de los suyos le romperían el carnet en la cara de Rajoy. Pocas cosas hay peor, Pablo, que el exceso de prepotencia para ignorar la verdad a conciencia, por ejemplo lo establecido en la Ley Electoral. Es la ceguera que acompaña a toda ambición sin medida. Pero ahora es democracia, Sr. González, digo Iglesias, y se trabaja sobre tierra cultivada, nada que se parezca al erial que dejó el franquismo y que allanó un fantoche como Tejero para que llegara un vendedor nato para meternos en la IDEM con una frase trampa. Podemos necesita mucho más a IU que viceversa, porque los de Garzón yendo por su cuenta solo pueden mejorar. Y, no por casualidad, los votantes de Iglesias encuestados hace dos días certificaban ese mayor deseo que, lo sentimos, pero ha subido de precio desde la ronda anterior, aunque escucho a Alberto y me temo que no se ha dado cuenta. Que escuche a todos los cercanos y no monte consultas para derrotarlos, que son de los suyos. Y, por cierto, ¿cuántas veces le preguntarán en público a Iglesias si se arrepiente de la indignidad de haber propuesto al líder de IU lo de convertirse en tránsfuga a cuatro días del 20D? ¿Y cuántas más por llamar “pitufos gruñones” a los mismos por los que ahora “mataría”? Y a qué altura quedará IU soportando sin poder rechistar los nuevos abusos verbales de un Iglesias más prepotente que nunca tras una firma que debería haber ocurrido el año pasado. Si los inteligentes que le rodean hubieran amenazado a su jefe como solo él sabe hacerlo, ahora tendríamos gobierno de izquierdas, pues los 161 hubieran sido 165 o 170 y nadie dentro del PSOE habría podido presionar a Pedro para que despreciara a unos diputados que, y esto es lo importante y lo que a Iglesias no quería soportar, no serían solo suyos. Por eso, Garzón no debe firmar ahora si Iglesias no se compromete, negro sobre blanco, a que IU tenga en el próximo Congreso no menos de diez diputados, los que corresponderían a sus votos, más otros cuantos, propongo cinco, por los intereses devengados. Y no al albedrío de las urnas, sino forzando dimisiones de los de Podemos si ello fuera necesario. Que para triunfar, Pablo, hay que tragar mucho barro de color humildad. En esta negociación ha cambiado el escenario.

Y también han cambiado muchas cosas en el centro del tablero, que sobrevive a duras penas gracias al intento de Sánchez y Rivera y que es, en mi opinión, el mejor capital de ambos, que deben defender contra viento y marea por dos motivos: primero, porque sus electorados no tienen tiempo de olvidarlo. Segundo, porque su fracaso no ha sido por sentencia popular, sino por unos adversarios convertidos en juez y parte. Si desean probar sin riesgo lo que pueda opinar el personal les aconsejo una coalición solo al Senado de PSOE y C’s. Nadie habla de esto, pero me parece la más eficaz. Repasen los resultados del 20D y, con esta coalición el PP perdería automáticamente la mayoría en esa Cámara, unos senadores de paja convertidos en escollo decisivo contra cualquier cambio, con el que Rajoy ha estado amenazando hasta ofender. Esta coalición para un centro que quizás cumpla un papel en esta transición debería firmar un programa limitado a reformas esenciales. Y, algo muy importante, sería coherente con el acuerdo entre ambos partidos durante las negociaciones, lo que daría firmeza a su estrategia. Antes del 20D algo parecido se pidió con insistencia a todos los partidos del cambio, no quisieron y así estamos. "El hombre es el único animal..." ojalá que esta vez no tropiece del todo.

Creo que Pedro no debe escuchar los consejos envenenados para romper con Albert y marcar perfil, porque cada bandazo deja sacos de votos por el camino. Por cierto, que me dio vergüenza escuchar el sábado a Susana utilizando las mismas palabras que Rajoy para calificar el trabajo realizado por Sánchez desde el 20D. Ella, la otra versión de Pablo, que en todas las casas hay uno que es más ego, por eso no se soportan. Si el PSOE juega a convertir su candidato en una veleta, lo que pase con él importará menos que el fracaso que sufrirán todos ellos.

A estas alturas, derrotar a los peores del momento sin que los ahora buenos ganen demasiado puede ser filosofía suficiente para reducir la velocidad a la que puedan estropearse. El mayor peligro sigue siendo un nuevo gobierno del PP por la falta de entendimiento de todos los demás. Solo nos consuela saber que la Justicia y la Policía seguirán persiguiendo el delito, pero no solo de encarcelar a políticos corruptos vivimos.

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