Argentina, un país ensimismado con su pasado que desprecia el futuro

Argentina tiene un Papa, Francisco I, lo que podría significar un factor que dé relevancia al país, pero unos iluminados han decidido que no, que en la irrelevancia se vive mejor...
Argentina, un país ensimismado con su pasado que desprecia el futuro

"Soy de un país áspero, desmemoriado, indiferente y extendido, en el que las llanuras desnudan cada piedra, la señalan, la acusan, delatan al viajero solitario, y los crepúsculos son insoportables porque se prolongan hasta la extenuación amenazando como una eternidad sin sueño"

Olga Orozco

Argentina no solo era un país próspero, el más próspero entre los más desarrollados de principios del siglo pasado. Una enorme producción científica, cultural, la intelectualidad y los mejores artistas del mundo se dieron cita en la Argentina, algunos de ellos la consideraron una tierra prometida. Muchos llegaban por algún compromiso contraído y se rendían ante la evidencia de que habían llegado al mejor de los mundos conocidos. Entonces se quedaban, echaban raíces y daban forma a nuevas ideas, impulsaban su oficio o disciplina científica, y eso daba nuevo impulso a la sociedad, que asociaba sus fronteras ( infinitas ) con las del conocimiento.

Quizás una explicación de la perpetua decadencia del hermoso y amado país, sea el autoritarismo. Argentina vivió una continua inestabilidad institucional provocada por una sucesión incesante de gobiernos civiles débiles, seguidos de gobiernos militares autoritarios. De uno de esos gobiernos surgió el general Perón, quien supo reinterpretar para su público los gestos y las formas de los dictadores fascistas europeos.

De su crepúsculo personal y político, Perón nos dejó todas las contradicciones de su manera de practicar la política y ejercer el poder. El movimiento peronista, con su insaciable vocación de ejercer el poder y protagonizar cualquier expresión del desarrollo social, creyó que nada le era ajeno; así los peronistas fueron y son sindicalistas, agentes culturales, de la enseñanza, y de lo que haga falta. Vocación de poder y vocación de presentismo. Son de derechas, de izquierdas o moderados si el cuerpo social pide calma. En los años 70 lo fueron todo, todo a la vez. El resultado fue un Perón agonizante repudiando a una organización guerrillera denominada "Montoneros ". Su gobierno y los principales sindicatos controlados por gentes muy conservadoras, las que entendían al peronismo como lo fue en un principio, un movimiento político inspirado en las experiencias políticas de Hitler y Musolini.

De todo lo dicho y resumiendo, que ya toca, surgió una violencia política extrema. Hubo asesinatos entre peronistas, hubo secuestros estorsivos, hubo amenazas de muerte seguidas del exilio como única solución para conservar la vida.

Cuando en el año 1975 se funda la asamblea permanente por los derechos humanos, todavía los militares no habían perpetrado el golpe de estado. La triple A era una organización paramlilitar de extrema derecha, comandada por el secretario personal del general Perón, José Lopez Rega.

Muchos argentinos fueron amenazados de muerte, sufrieron el exilio, la persecución, otros eran asesinados impunemente. Después de la era glacial de la dictadura, se reinstauró la democracia. Hubo un intento serio de que la justicia diera alguna respuesta a la represión militar. Argentina fue el único país del mundo, hasta esa fecha, que juzgó a sus represores. Luego las presiones de los militares, la indiferencia o el silencio cómplice de la oposición política peronista, dejaron a Raul Alfonsín solo ante la solución mas dolorosa que encontró, una ley de punto final. Posteriormente el peronista Menem indultó a los generales juzgados y condenados.

Últimamente se han reabierto esas causas, se han llevado ante los tribunales a los ancianos genocidas. Se ha hecho política partidista con esas causas judiciales. La instrumentalización política del dolor de los deudos de las víctimas, me parece una canallada.

Ahora resulta que todos los argentinos, pero sobre todo los peronistas, fueron grandes defensores de la democracia, de la justicia y la ley. Nadie tiene ninguna responsabilidad en el clima de violencia y falta de libertades que se vivió en el periodo anterior a la dictadura. Nadie ordenó desde la organización terrorista una estrategia de "cuanto peor mejor ".

Pocos fueron los civiles, los eclesiásticos, los intelectuales y políticos que clamaron por el respeto a los derechos humanos y el orden constitucional.

Reinstaurada la democracia se juzgó a los militares. Había un tribunal por la mañana y otro de otra composición por la tarde, se intentaba evitar que nadie cayera en la tentación de eliminarlos. Los testimonios de los dirigentes políticos y sindicales, entre otros, fueron bochornosos. Muchos confesaron que pedían que se terminara de una vez ese gobierno, se lo pedían a los militares, es decir, una parte de la sociedad civil pedía un golpe de estado, y la otra parte combativa, supuestamente de izquierdas, esa izquierda católica/marxista, tan sui generis, mandaba atentar, porque cuanto peor mejor.

Es una canallada reescribir la historia sin ningún rigor ni autocrítica, siendo como se fue parte activa. Han atacado a Luis Moreno Ocampo, a Strasera, los han tildado de "colaboracionistas". A una dirigente política opositora también la han calificado así, la prueba del nueve de su connivencia con los militares fue que había aprobado una plaza como secretaria judicial en el año 79. Le han cambiado el preámbulo al informe de la CONADEP.

A todo esto, no tengo ni idea de cual fue el papel o actitud del nuevo Papa, no soy católico, la religión me parece un sistema de creencias que no soluciona nada. Eso no quita que me provoque rechazo esta técnica del reproche permanente para los demás, donde los que lo practican asumen el papel de intachables. Nada mas lejos de la realidad.

En la defensa de los derechos humanos nada se supo de mucha gente que ahora si, ahora resulta que detentan la supremacía moral. ¿ Cómo pudieron desaparecer entre 18.000 y 30.000 ciudadanos con los mimbres que exhibe toda esta gente?. Es tan inmoral esta reinterpretación interesada de los hechos, como el miedo y la indiferencia de aquellos años.

Argentina tiene un Papa, lo que podría significar un factor que dé relevancia al país, pero unos iluminados han decidido que no, que en la irrelevancia se vive mejor.

... y cada gesto cada forma de amor o de reproche

entre las últimas risas el dolor y los comienzos

encontrará el agrio viento y las estrellas vencidas

una máscara de abedul presagia la visión

has querido ver

en el fondo del día lo has conseguido algunas veces

el río llega a los dioses

sube murmullos lejanos a la claridad del sol

amenazas

resplandor en frío

no esperas nada

sino la ruta del sol y de la pena

nunca terminará es infinita esta riqueza abandonada .

Edgard Bayley (1919-1990)

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