Alberto Rivera Ortega, el abuelo de Albert Rivera

Albert Rivera, presidente de Ciudadanos. / RRSS.
Albert Rivera, presidente de Ciudadanos. / RR SS.

Algunos abuelos de la democracia es el título del libro en el que analizo las figuras de los abuelos Rivera Ortega (de Rivera), Rodríguez Lozano (de Zapatero), Rajoy Leloup (de Rajoy), Iglesias Ramírez (de Iglesias) y Pérez-Castejón Díez (de Sánchez).

Alberto Rivera Ortega, el abuelo de Albert Rivera

Albert Rivera Díaz, lo mismo que Mariano Rajoy Brey y Pedro Sánchez Pérez-Castejón, ha dejado a sus antecesores en el ámbito de la familia. Cuando ha hablado de los abuelos lo ha hecho de forma genérica y sin datos concretos, salvo en el caso de su abuelo materno, Lucas, emigrante en Suiza y Francia y de dos de sus tíos paternos fallecidos prematuramente a causa del SIDA y las drogas; de sus tíos abuelos paternos, para recordar  sus manos encallecidas, por su condición de  estibadores en el puerto de Barcelona, y de su origen malagueño, tanto por parte de su padre como de su madre.

Tampoco ha tenido que escuchar ignominias y mentiras sobre ellos, creadas con propósito de causar daño, como ha sucedido con “otros abuelos de la democracia”.

Procede de una familia sencilla, trabajadora, emigrante a Cataluña desde la Andalucía deprimida de la posguerra y fue educado en un ambiente de esfuerzo y sacrificio. Y si algo negativo hubiera en el pasado de alguno de sus antecesores, esto no puede ser un reproche para él, sino todo lo contrario, porque daría más valor a la relevancia que él ha alcanzado. Él mismo dijo a un medio de comunicación: “No pienso renegar nunca de lo que son mis padres, de lo que son mis abuelos.”

Sus abuelos paternos fueron Alberto Rivera Ortega, de profesión calafate, nacido el día 2 de abril de 1934 en Málaga, e Isidra Delgado Güilarte, de profesión sus labores, también natural de Málaga. Llegaron a Barcelona el año 1951 cuando ambos tenían 19 años de edad,  antes del nacimiento de su hijo Agustín  en busca de un futuro mejor y se instalaron en el  barrio de La Barceloneta,  en una calle muy próxima a la Basílica de Santa María del Mar.

Por lo tanto, el abuelo Alberto era un niño cuando empezó la guerra civil, que  sufrió en su Málaga natal, junto a sus padres, las penalidades de la guerra y la posguerra. El último capítulo del libro Algunos abuelos de la democracia empieza con el siguiente lema: “Tiempo de postguerra: miedo, pan y emigración." @mundiario

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