Respeto a las ideas y creencias

Boda de los Borbón. / RR SS.
Boda de los Borbón. / RR SS.
Y coherencia en la forma de vivirlas, para no perder el respeto de los demás.
Respeto a las ideas y creencias

Es innecesario decir que las creencias religiosas, las ideas políticas, sociales y cualesquiera otras, que no sean contrarias a la convivencia, merecen respeto, con independencia de que se compartan o no. Naturalmente, dentro de ese respeto incluyo la evolución y el cambio en la forma de pensar.

Sin embargo, cambiar drásticamente en la forma de pensar cuando se tiene madurez, una cierta edad y formación, resulta, cuando menos, llamativo, máxime si la metamorfosis se produce en quien ostenta una alta representación.

El fariseísmo y el fingimiento, no concitan esa respetabilidad a la que me refería, por cuanto suponen un engaño, al pretender aparentar algo que no se es, no se siente o no se comparte, con el objetivo de ser aceptados, valorados, admirados y disfrutar de ventajas.

Me ha parecido muy meritoria la dignidad con la que la Reina Letizia ha venido desempeñando su función, pues ha supuesto un acercamiento de la monarquía al pueblo y un apoyo fundamental para el Rey Felipe VI.

Sin embargo, me ha sorprendido la actitud de la Reina durante la reciente ofrenda al Apóstol Santiago, cuyas imágenes han difundido profusamente los medios de comunicación: hierática, impasible, mientras el Rey y sus hijas hacían la señal de la cruz. Según parece, esta actitud se ha repetido en los últimos años en diversas ocasiones, pero no fueron tan divulgadas.

La apariencia parece decir que fue un acto consciente, ella sabe que es observada, con el que pretendería dejar evidencia de que no comparte las creencias religiosas de su esposo y sus hijas.

No podré ir en contra de la afirmación inicial de respeto a las creencias ajenas; pero sí me llama la atención la incoherencia.

Tuvo un primer matrimonio civil y dio el paso de hacerlo por segunda vez conforme a las normas de la Iglesia, en un acto público y, a la vista de su gesto en la boda real, consciente de lo que representaba ese acto y los compromisos que asumía, que fueron corroborados con la educación de las hijas.

Y se mantuvo fiel a esa transformación, durante algún tiempo. ¿Qué ha sucedido en los últimos años para que, al menos en apariencia, se haya producido esa transformación?

Sólo ella sabrá si en la boda real hubo verdad o apariencia. En el segundo caso, si no dio al acto ninguna importancia desde su postura de no creyente, también debió mantener la misma actitud formal en los años siguientes, por respeto a la institución, a su esposo, a sus hijas y a los españoles. Por el contrario, si desde la boda real hubo verdadera transformación en sus creencias, tal vez hay otras alternativas para resolver situaciones como la que comento.

En ambos casos, flaco favor hace a la monarquía, a su esposo, a la princesa, a la infanta y a los españoles, pues facilita la crítica a quienes son contrarios a la institución.

Tampoco el rey emérito colaboró en la tarea de respetar la monarquía, al proporcionar argumentos con su comportamiento a quienes preconizan la República.

Felipe VI, la princesa Leonor y la infanta Sofía, desempeñan su función con dignidad y prudencia, ganándose el respeto y el cariño de una gran parte de los españoles, pese al entorno familiar y a los partidos políticos que no desaprovechan ninguna ocasión para alcanzar su objetivo: socavar la monarquía y procurar el cambio de régimen. @mundiario

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