El timo de la estampita

El timo de la estampita se basa en que el timado quiere sacarle algo al timador, y por eso arriesga más de la cue
El timo de la estampita
El timo de la estampita se basa en que el timado quiere sacarle algo al timador, y por eso arriesga más de la cuenta. El timo del sello de Afinsa y Fórum consiste en que el timado quiso obtener una alta rentabilidad del timador, y por eso arriesgó hasta perderlo todo, al igual que en el histórico timo de la estampita. Resultado: dos empresas en quiebra, 350.000 timados –uno por cada 40 hogares españoles-- y miles de trabajadores y agentes en la calle.

Pero en realidad el viejo timo de la estampita es más complejo: requiere persuadir a alguien para que compre a precio de ganga un paquete de billetes de banco que resultan ser recortes de periódico. Es necesaria la presencia de al menos tres personajes: un tonto virtual, poseedor de los billetes que aparenta confundir con estampitas sin valor; un listo que persuade al tercero para aprovechar la simpleza del primero, y el tonto real, el timado, que saca sus ahorros del banco creyendo que se va a forrar y que, finalmente, se queda con un montón de recortes.

Al atribuir estos papeles es ineludible mirar a las víctimas y a Fórum y Afinsa, pero también a las auditoras y las administraciones públicas. Porque la filatelia es una cosa –como dice Juan Manuel de Prada, una coartada que los adultos empleamos para prolongar la infancia sin despertar sospechas de infantilismo— y esto de Afinsa y Forum otra bien distinta, llamada ahora estafa por la misma Administración que la dejó fuera de control. Pues bien, nada de esto hubiera sucedido si estas entidades hubieran estado catalogadas entre las que captan ahorro y canalizan inversiones, y no entre las tiendas de todo a cien que controla Consumo.