El timo de la banca
Cuando los tipos de interés tenían dos dígitos, bancos y cajas se forraban captando pasivo barato y
Cuando los tipos de interés tenían dos dígitos, bancos y cajas se forraban captando pasivo barato y vendiendo créditos a precio de timo. A medida que los tipos fueron bajando y haciéndose europeos, las entidades financieras tuvieron que apretarse el cinturón y empezaron a echar mano, a lo bestia, de las dichosas comisiones. Empezaron entonces a cobrar hasta por cruzar la puerta, dejándole a los clientes un cierto derecho al pataleo que, bien ejercido, sirve a veces para no hacer el primo en el banco. Otras veces da mejor resultado tener directamente un primo o un buen amigo en la sucursal de la esquina para que no se le ponga a uno cara de tonto por todas las tonterías que se atreven a cobrarle.
Pero ha tenido que llegar Miguel Angel Fernández Ordoñez -Mafo, para sus amigos- al puesto de mando del Banco de España para que las cajas y los bancos vuelvan a los mejores tiempos del vacile financiero. No satisfechos con el cobro de comisiones por transferencias, ahora van a poder cobrar más comisiones a los receptores de las mismas, fruto de una tomadura de pelo que pretende encontrar excusa en una normativa europea que realmente le afecta a cuatro gatos.
Es verdad que se excluyen los pagos de nominas, pensiones y otras prestaciones, así como las devoluciones de impuestos -aunque ya verán como el dichoso ordenador se va a equivocar a favor del banco-, pero lo que resulta francamente indignante es que el Banco de España autorice estas nuevas comisiones a los beneficiarios de transferencias ordinarias y se quede tan tranquilo mirando a la Cibeles. Su defensa argumentando que lo que se le cobre al emisor no lo va a pagar el receptor es tan ridícula que, como las tarifas son libres, cajas y bancos podrán elevar la comisiones, hasta el colmo de cobrar dos veces lo que ahora pagamos una. Hace años, a estas cosas le llamábamos timos pero Mafo parece que le llama costes de transacción. Entre que pagan poco o nada por el dinero, cobran por mantener la cuenta y encima se pasan con la doble ración de comisiones, habrá que ir pensando en volver a la viga o al calcetín.
Pero ha tenido que llegar Miguel Angel Fernández Ordoñez -Mafo, para sus amigos- al puesto de mando del Banco de España para que las cajas y los bancos vuelvan a los mejores tiempos del vacile financiero. No satisfechos con el cobro de comisiones por transferencias, ahora van a poder cobrar más comisiones a los receptores de las mismas, fruto de una tomadura de pelo que pretende encontrar excusa en una normativa europea que realmente le afecta a cuatro gatos.
Es verdad que se excluyen los pagos de nominas, pensiones y otras prestaciones, así como las devoluciones de impuestos -aunque ya verán como el dichoso ordenador se va a equivocar a favor del banco-, pero lo que resulta francamente indignante es que el Banco de España autorice estas nuevas comisiones a los beneficiarios de transferencias ordinarias y se quede tan tranquilo mirando a la Cibeles. Su defensa argumentando que lo que se le cobre al emisor no lo va a pagar el receptor es tan ridícula que, como las tarifas son libres, cajas y bancos podrán elevar la comisiones, hasta el colmo de cobrar dos veces lo que ahora pagamos una. Hace años, a estas cosas le llamábamos timos pero Mafo parece que le llama costes de transacción. Entre que pagan poco o nada por el dinero, cobran por mantener la cuenta y encima se pasan con la doble ración de comisiones, habrá que ir pensando en volver a la viga o al calcetín.