El nacionalismo necesario

LOS nacionalistas, a su manera, también han ganado las elecciones. Por dos razones: una, objetiva, en la medida e
El nacionalismo necesario
LOS nacionalistas, a su manera, también han ganado las elecciones. Por dos razones: una, objetiva, en la medida en que en general progresan electoralmente, y otra, más política, al ganar influencia y capacidad de decisión en Madrid. En otras palabras: en un país que no se entiende sin ellos, tampoco podrá gobernarse sin su concurso, lo cual concuerda de pleno con la realidad política de la España del siglo XXI.

PODRÁ discutirse si esto es positivo o negativo e incluso si una situación así margina a las comunidades que no tienen nacionalistas y/o regionalistas, pero es una realidad social, política y cultural y, como tal, hay que aceptarla en democracia.

A pesar de la bipolarización del voto, que ha beneficiado al PP y, sobre todo, al PSOE, los resultados de los partidos nacionalistas en las elecciones generales son positivos. Eso sí, con excepciones, como las de CiU, CC y BNG. También con resultados espectaculares, como los de ERC, convertida ahora en la cuarta fuerza del Congreso español, por delante del PNV y de IU.

DATOS sobre la mesa. En su conjunto, los nacionalistas periféricos (CiU, ERC, PNV, CC, BNG, EA, CHA y Na-Bai) no avanzan –tenían 33 escaños en el 2000 y siguen teniendo 33— pero sí mejoran su posición, ya que antes no eran necesarios y ahora son imprescindibles para la estabilidad del Gobierno; al menos algunos de ellos. Los nacionalistas acaparan el 9,4% de los escaños del Congreso y tienen el 10% de los votos, al sumar algo más de dos millones y medio de papeletas. Para situarnos, la cuarta parte de las que obtuvo el PP en toda España.

LOS vascos son los únicos nacionalistas que ganan en su territorio, los catalanes sobresalen por el peso de sus números –entre CiU y ERC suman 18 escaños—y gallegos y canarios sufren un ligero retroceso. Tienen también representación de corte nacionalista Aragón con la Chunta y Navarra con Nafarroa Bai, la candidatura conjunta de PNV, EA, Aralar y Batzarre.

CATALUNYA es, por lo demás, la única comunidad donde la izquierda y la derecha están duplicadas, al presentarse partidos de derechas y de izquierdas, nacionalistas y no nacionalistas. Un vasco nacionalista que sea de izquierdas ha de contentarse con votar a EA, que en realidad es un partido centrista. Y un nacionalista gallego que sea de derechas o vota BNG o no vota; por eso Manuel Fraga juega con tanta inteligencia la carta galleguista.

EL 14-M, CiU ha bajado de 15 a 10 escaños --¿dónde irá aquel millón de votos del período 86-96?-- pero aún así sale ganando, porque Josep Antoni Durán Lleida pisará fuerte en Madrid, donde el PSOE necesita colaboradores necesarios, capaces de tener sentido de Estado, una de las especialidades de la coalición catalanista ideada por Jordi Pujol. Y aún gana más ERC, que avanza tanto en Catalunya –su espacio natural— como en Madrid, donde Josep Lluís Carod-Rovira tendrá mucha más presencia política pero sobre todo mediática, que a menudo es lo esencial en esta democracia. Unidos, los nacionalistas catalanes suman más diputados (18) que todos los del resto del Estado (15). Y agrupados los nacionalistas de la Declaración de Barcelona (CiU, PNV y BNG) reúnen 19 votos en el Congreso.

EL nuevo PNV de Josu Jon Imaz –7 escaños-- gana igualmente en Euskadi y en España, al haber conseguido que ya se hable de diálogo con quienes hasta hace poco no eran más que unos perversos separatistas en los que se había encarnado el mal del país. De paso, en el interior de su comunidad, parece que va digiriendo parte de los votos de la ilegalizada Batasuna, el brazo político de una ETA cada día más aislada. Los peneuvistas superaron por primera vez en su historia el listón de los 400.000 votos.

PERO los nacionalistas no sólo están pendientes de su papel en la gobernabilidad. En realidad les inquieta más esa especie de proceso constituyente en el que intentarán posicionar los nuevos estatutos de autonomía. Catalunya es la mejor colocada, ya que tiene el compromiso de José Luis Rodríguez Zapatero con Pascual Maragall de tramitar el estatuto que salga del Parlament, mientras que Euskadi deberá limar bastante las cortantes aristas del plan de Juan José Ibarretxe.

LOS gallegos del nuevo BNG de Anxo Quintana temen quedarse descolgados y parte de sus esperanzas pasan porque el PSdeG de Emilio Pérez Touriño siga la senda del PSC y se aleje del españolismo de Francisco Vázquez. Menos inquietudes de este tipo se observan en otras comunidades, salvo que se imponga la doctrina del café para todos. Si algún sueño comparten unos y otros es que se acabe para siempre el terrorismo, ya que ETA es hoy por hoy su principal enemigo, en todos los sentidos.
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El Periódico de Catalunya.

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