El caso Taboadela mantiene al hijo de las víctimas como sospechoso

Un guardia civil. / Pixabay
Un Guardia Civil. / Pixabay
El caso se abrió en 2009 fue archivado por el juez; ahora la Policía Judicial lo ha reactivado
El caso Taboadela mantiene al hijo de las víctimas como sospechoso

El 25 de abril de 2009, los cuerpos de José Martínez y María Teresa Campos, de 65 y 63 años respectivamente, fueron hallados tras ser asesinados. La causa de la muerte fueron varios disparos efectuados por el asesino en el domicilio de la pareja, en la aldea orensana de  Amendo. En su momento el caso no se resolvió por falta de pruebas que les llevasen a un sospechoso y demostrar su culpabilidad, pero durante los últimos meses la policía ha encontrado nuevas pruebas y el caso vuelve a estar en activo.

Han transcurrido 9 años, pero a pesar de este gran intervalo de tiempo, el único sospechoso sigue siendo José Miguel Martínez Campos, el único hijo varón de la pareja. Martínez Campos fue detenido en varias ocasiones en relación al asesinato de sus padres, y aunque también dos fueron las veces que entró en prisión, fue dejado en libertad sin cargos por falta de evidencias. La primera vez fue en 2009, a finales de año, y la prisión preventiva se extendió dos meses hasta que la Audiencia Provincial tuvo que dejarlo en libertad. También fue detenido en 2011, una vez más sin un resultado concluyente por parte de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, y por tanto puesto en libertad.

Los cuerpos de José Martínez y María Teresa Campos fueron encontrados por una de las hijas de la pareja al día siguiente a su asesinato; él tenía un disparo en el cuello y fue hallado en su domicilio, mientras que ella estaba en el gallinero que la pareja de sexagenarios tenía en su finca. El hijo del matrimonio estuvo en el punto de mira de las autoridades desde que la mujer que confirmaba su coartada confesó haber mentido y no haber estado con él la tarde del asesinato.

Las nuevas pruebas fueron halladas gracias a una revisión que la Guardia Civil está llevando a cabo de todos los casos sin resolver desde el año 2000, que por desgracia no son pocos. En 2009, cuando arrestaron a Martínez Campos por primera vez, los indicios que llevaron a las autoridades a hacerlo fueron los restos de pólvora en su ropa y la sospecha de que mandaba mensajes anónimos a sus padres. Al no poder demostrar su autoría sobre las notas ni la correlación entre la pólvora en su ropa y en la escena del crimen, fue puesto en libertad.

Martínez Campos tiene más antecedentes con la policía que estos arrestos por presunto asesinato, y es que fue investigado también como posible responsable del tiroteo a un compañero de brigada. De este cargo, una vez más por falta de pruebas de peso, fue exculpado. De lo que sí fue declarado culpable fue de atar y amordazar, así como de encañonar con una pistola a otro compañero de trabajo. Estos hechos se dieron la semana anterior al asesinato de José y María Teresa, y supusieron una condena de 3 años y 4 meses de cárcel.

Si bien es cierto que las declaraciones hechas por la Guardia Civil sobre el caso no arrojan demasiada luz sobre el asunto, fueron vistos ya en la aldea recabando pruebas y testimonios, y es que esto último, las nuevas declaraciones de algunas personas del entorno de la familia, podrían ser lo que ha reabierto la investigación. Ahora se cuentan con nuevos medios y tecnologías que hace 10 años la policía no manejaba, así que es posible que esta vez sí se cierre el caso. Los crímenes no prescriben hasta haber pasado 20 años, por lo que, de ser detenido y encontrado culpable por el juez, José Miguel Martínez Campos se enfrentaría a la pena de cárcel por doble parricidio. @mundiario

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