Las empresas zombis no podrán resistir mucho tiempo operativas y hay alerta en la banca

Oficinas de empresas. / PIxabay
Oficinas de empresas. / PIxabay
Su número se duplicó durante la pandemia, partiendo de que ya rozaban el 4% del total, según la presidenta del BCE.
Las empresas zombis no podrán resistir mucho tiempo operativas y hay alerta en la banca

Los últimos informes de los organismos internacionales llaman la atención sobre las posibilidades de quiebra de empresas, a medida que se vayan recortando las ayudas estatales. Es decir, se empiezan a tomar en consideración los efectos secundarios sobre las economías nacionales. Las tesis que más abundan en este sentido sitúan a las empresas zombis en el centro del debate.

¿Qué son las empresas zombis? Son aquellas cuyo modelo y forma de gestión no solamente no son rentables, sino que se mantienen, de manera artificial, por medio de créditos baratos y escapando, generalmente, de las dinámicas de análisis de solvencia. Merced a las ayudas y a los  estímulos fiscales y monetarios logran mantenerse activas durante un largo tiempo. 

Ayudas sin discriminar a nadie

Durante la pandemia las instituciones decidieron ayudar y sostener al aparato productivo, y por ende, a todas las empresas, sin efectuar discriminación alguna. Las medidas tenían como objetivo tratar de aminorar los efectos negativos derivados de los shocks de oferta y de demanda. Ahora, que se vislumbra un panorama menos sombrío y se atisban síntomas de recuperación comienzan a tomar cuerpo las llamadas de atención de ciertos organismos y gobiernos alertando sobre el conjunto de las empresas. La propia Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, advertía de que ya antes de la pandemia el porcentaje de empresas zombis rozaba el 4%; y tras la pandemia se elevó hasta el 8%, por lo que recomienda adoptar decisiones para no mantener con vida a un muerto viviente.

Mariana Mazucatto en su reciente libro Misión Económica incide en que los últimos años se caracterizaron por un sector financiero que se financiaba a sí mismo y porque las empresas se centraban en obtener beneficios trimestrales más que a proyectar acciones a largo plazo. Dichos comportamientos generaron que una gran parte de los estímulos monetarios se hayan dedicado a programar compras de deudas y que la calidad de las garantías presentadas fuera muy laxa. En la medida que dicho contexto se ha generalizado, el continuo abaratamiento de los costes de financiación se ha convertido en el oxígeno para el mantenimiento de las empresas zombis.

Nuevas opciones en el acceso a los créditos baratos

Dado que la situación de bajos tipos de interés no será permanente, es fácil deducir que las empresas zombis no podrán resistir mucho tiempo. Sus efectos directos sobre el empleo, sobre las rentas y sobre el crecimiento pondrán en alerta al propio sistema financiero. Tienen razón, pues, aquellos que ya van avisando de tales circunstancias y empiezan a sugerir, como  la propia Mazucatto, el establecimiento de nuevas opciones en lo referente al acceso a los créditos baratos; al estudio y la selección de proyectos; a las capacidades de pago y criterios de solvencia de las inversores; y, sobre todo, a las asociaciones públicas/privadas dedicadas al progreso de la sociedad. 

Por ello, el BCE, consciente de la situación, admite que las políticas de respuesta monetaria a la pandemia han dado apoyo a las empresas zombis; pero, para resarcirse de cara al futuro, empiezan a argumentar que aquello ha servido para estimular la demanda agregada; y, ahora, bajo un nuevo contexto, los gobiernos e instituciones no deben hacer apaños; sino que deben liderar los procesos de transformación y adaptación. @mundiario

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