¿Deben los bancos centrales emitir su propia moneda digital?

Banco de España. / Mundiario
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Un artículo analítico realizado por el miembro de la dirección general de economía y estadística Galo Nuño, plantea el debate.

¿Deben los bancos centrales emitir su propia moneda digital?

El Banco de España opina que una moneda digital emitida por un banco central podría tener "importantes" efectos sobre la transmisión de la política monetaria. Sin embargo, pide cautela al respecto debido a la incertidumbre y los riesgos asociados, que considera "significativos".

Lo anterior se desprende de un artículo analítico realizado por el miembro de la dirección general de economía y estadística Galo Nuño, que plantea el debate sobre si los bancos centrales deben adaptarse a la demanda creciente de servicios de pago digitales y emitir su propio dinero digital, que ya se han planteado algunas instituciones como el Banco de Inglaterra, el Banco Popular de China o el Banco de Suecia, señala Expansión.

Nuño explica que la emisión de dinero digital por un banco central (CBDC, por sus siglas en inglés) mejoraría la conducción de la política monetaria al mejorar el control de las rentabilidades de mercado a las que se enfrentan los ahorradores y los prestatarios. En esta línea, la posibilidad de eliminar las restricciones asociadas con la cota cero del tipo de interés es teóricamente "atractiva", especialmente en un entorno de bajos tipos de interés como es el actual, que se encuentran en mínimos históricos desde 2016.

No obstante, el documento señala que el principal riesgo a la introducción de un CBDC es el tecnológico. En caso de su creación, con carácter no anónimo, basado en una tecnología semejante a la de los medios de pago electrónicos actuales, supondría unos costes importantes en términos de infraestructura y de requerimientos operativos y exigencias normativas. Del lado contrario, si su creación tendría carácter anónimo, aunque sería menos costoso que el anterior, podría requerir la adaptación de la tecnología de las criptomonedas a un entorno relativamente distinto. Un fallo en cualquiera de los dos escenarios, ya sea fortuito o fruto de un ciberataque, podría ocasionar daños considerables al conjunto de la economía.

También se observa como riesgo el de la estabilidad financiera, ya que un nuevo activo libre de riesgo (especialmente si está remunerado) necesariamente afectaría a la rentabilidad del sector bancario y podría incentivar las retiradas de fondos por parte de los depositantes, sobre todo en episodios de pánico, lo que haría más probable e intenso un posible 'shock'. @mundiario

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