Raúl González hace realidad su sueño de estar en la misma foto que Ronaldinho y Stoichkov

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Raúl, junto a Ronaldinho y otro señor...

Tras una invisibilidad de un año como embajador de la Liga Florentino Pérez en Estados Unidos, Raúl González cumple su sueño de niño en Nueva York.

Raúl González hace realidad su sueño de estar en la misma foto que Ronaldinho y Stoichkov

Raúl González ha demostrado una vez más su versatilidad presentándose en Nueva York a dar buena cuenta del catering de un evento del FC Barcelona. Cambió al Atleti por el Real Madrid, la fiesta y las mujeres de su juventud por un fructífero matrimonio, y ahora ha pasado de representar en el campo a lo más rancio del fútbol mundial para ser el embajador del trasnochado Tebas en la Liga Florentino Pérez tras su negativa a volver al club blanco.

Nadie mejor para representar a la Liga en los Estados Unidos que alguien que es historia del Real Madrid por derecho propio. Y es que no se puede ser parte de la ‘leyenda’ blanca sin haber protagonizado, al menos, un atraco a escala monumental: la ‘séptima’, el 2-2 de Chamartín con gol anulado a Rivaldo o el ‘Ushiro Nage’ de los autores del error de infografía más famoso de la historia de la prensa son solo tres de los cientos de méritos que le han valido su reconocimiento. Para que luego se quejen de lo de Soria y el Banco Mundial.

El canterano rojiblanco fue uno de esos jugadores que alcanzaron el éxito enterrando el genio bajo la garra. Enloquecía al Bernabéu con sus baldías carreras hacia los porteros rivales; corría  desbocado cada partido una distancia inversamente proporcional a la que le separaba de la línea de meta en el 90% de sus goles; y suplía sus deficiencias en regate, velocidad, potencia y tiro con su colocación al límite del fuera de juego, que ya se sabe que es un concepto bastante flexible - más o menos tres metros - cuándo hablamos del Real Madrid.

Aún recordamos con nostalgia su cabeza dislocada mirando al cielo mientras sonaba el himno nacional, la media docena de goles que el ex-capitán blanco no empujó. Sus cucharas, que llegó a utilizar de manera compulsiva hasta quince veces por partido, no importaba si era para pasar, para tirar, o para comerse unas natillas. Su señorío y su carácter ganador, bien probado cuando mandó callar al Camp Nou celebrando fuera de control un empate.

Y, cuando el madridismo ya esperaba que se presentase a la presidencia del Real Madrid, para posiblemente destronar al Visir de Chamartín Florentino I (el mismo que lo sacó del equipo por la puerta de atrás comprando todo el silencio que pudo pagar con diez millones netos en el bolsillo del que era el más madridista de los madridistas), nos sacan unas imágenes las que se abraza con Hristo Stoichkov, como si fuese su ídolo de toda la vida, en un acto del que pareciera su equipo desde ‘shiquetito’.

Posiblemente, debido a su nivel futbolístico, el mejor jugador de la historia del Real Madrid no pudo nunca cumplir su sueño de jugar en el Barça, pero quién sabe si en el futuro no pueda hacer su sueño realidad y unirse a su amigo Carles Puyol a las riendas de un proyecto puramente deportivo libre de árbitros y de sorteos. Nunca es tarde si la dicha es buena. @SirDanielC
 

> Este artículo también ha sido publicado en la web del autor www.bloggol.es

 

 

 

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