Madrid 2020 pierde apoyo popular al tiempo que se mezcla con las protestas

La ciudad se presenta por tercera vez a unas Olimpíadas, en medio de una deuda multimillonaria y numerosas protestas ciudadanas en contra.
Madrid 2020 pierde apoyo popular al tiempo que se mezcla con las protestas

La ciudad de Madrid no cesa en el empeño de querer albergar unos Juegos Olímpicos. Esta es la tercera vez que presenta una candidatura olímpica, que ya fracasó en las anteriores ocasiones, 2012 y 2016, cuando las Olimpiadas fueron a parar a Londres y a Río de Janeiro, respectivamente. Hay dudas sobre si la situación socioeconómica del país es la idónea para poder desarrollar con éxito este evento, el más importante dentro del mundo del deporte mundial.

Los miembros del comité evaluador del COI pudieron observar con sus propios ojos el descontento social hacia esta candidatura. Una huelga en los servicios de metro, muy criticada por los políticos locales, tres manifestaciones y diecinueve concentraciones, entre las que destacó la de los empleados de los pabellones deportivos de la ciudad, que denunciaron la privatización de instalaciones como  la única piscina olímpica cubierta municipal, el estadio de Vallehermoso (que sería una de las sedes olímpicas), así como el aumento considerable de los precios de las actividades deportivas.

Además, el apoyo ciudadano a albergar unos Juegos Olímpicos en 2020 parece inferior al de las dos anteriores ocasiones. Si Madrid 2012 contaba con un 92% de apoyo popular, y Madrid 2016 con un 93%, la actual candidatura no sobrepasaba el 76% en el pasado mes de septiembre, según varias encuestas. Además, en las redes sociales el desencanto hacia la visita del COI también fue visible, siendo el hastag #COIgohome uno de los más seguidos.

La causa principal está relacionada con el despilfarro de gasto social que contradice a las políticas de ajuste y recortes que están sufriendo la gran mayoría de ciudadanos, tanto de la ciudad de Madrid como del resto del Estado.

Desde la organización consiguieron convertir este problema en uno de los puntos claves a favor. El presupuesto de gasto público presentado para la candidatura es de 1.516 millones de euros, a pagar a partes iguales entre el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y el Estado. Esta gran inyección de dinero iría destinado a terminar o crear las infraestructuras necesarias. Sería la única aportación de dinero público, ya que la organización de los Juegos Olímpicos se financiaría con el dinero del COI, los patrocinadores privados y la recaudación de las entradas. Aunque si se da el caso negativo, serían también las administraciones públicas las que tendrían que

Pero aunque este reducido presupuesta pueda suponer un éxito, la realidad lo convierte en un hecho totalmente distinto. Madrid es una de las ciudades más endeudadas, tanto a nivel europeo como estatal, con un debito de 8.000 millones de euros. Para paliarlo, tiene que cumplir un plan de ajuste durante los próximos nueve años que la obligará a destruir empleo púbico, reducir servicios básicos o subir drásticamente los impuestos. Sectores como sanidad, cultura o educación son algunos de los más castigados, abundando los EREs, las privatizaciones y el copago.

Otro de los supuestos puntos a favor es que el 80% de las instalaciones deportivas están construídas. Una mentira, ya que la realidad muestra que, tras una política de inversiones que dejó más de 12.000 millones de euros, aún quedan por construír el estadio olímpico, un espacio para las pruebas de gimnasia, el Centro Acuático, la reforma en la Plaza de Las Ventas para albergar los partidos de baloncesto, la Villa Olímpica y una gran revisión de unas infraestructuras de transporte público que vive inmerso en huelgas casi continuas por la pésima situación de sus trabajadores.

Es aquí donde las administraciones pujan por defender una candidatura que traería decenas de miles de puestos de trabajo directos e indirectos. Una gran parte estarían relacionados con la construcción, y otros con el sector servicios. Pero estos trabajos tendrían un carácter breve ya que, en el caso de la construcción, terminarían en el momento en el que se finalizasen los edificios y, el resto, en cuanto se apagasen las luces de la gala de clausura de Madrid 2020, por lo que la mejora de las cifras de paro serían una cortina de humo sin fundamento alguno. Este es uno de los pilares de las voces críticas en contra de los Juegos Olímpicos, que demandan inversiones en infraestructuras útiles para el día a día de los madrileños.

Para finalizar, el gran atractivo que, supuestamente, los Juegos Olímpicos traerían para Madrid sería el turismo y la mejora en la hostelería. Pero este argumento tuvo un efecto negativo en Londres, que vio como se activó un impuesto por visitar al Reino Unido y a Irlanda, así como un descenso del turismo por culpa de las grandes aglomeraciones y la subida de precios en los hoteles, centros de ocio y restauración de la ciudad. Además, este argumento del turismo se da en un momento en el que Iberia vive sus horas más dramáticas y el aeropuerto de Barajas funciona muy por debajo de su capacidad total.

Esta subida de precios también se vería reflejada en las viviendas y alquileres, sobre todo en los alrededores de la Villa Olímpica, lo que afectaría aún más a una ciudad diezmada por los desahucios (un total de 14.549 durante el año 2012, los impagables alquieres para el bolsillo medio español y más de 250.000 pisos vacíos por toda la ciudad.

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