Javier Tebas, el patriarca en el cortijo de la Liga de Fútbol Profesional

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Javier Tebas, presidente de la LFP. / LFP

Parece que ha llegado el final en la lucha por el poder de la LFP. El ganador ha sido Javier Tebas porque todos le hemos votado.

Javier Tebas, el patriarca en el cortijo de la Liga de Fútbol Profesional

Parece que se ve algo de luz en los resultados de la carrera hacia el liderato de la LFP. En un adelanto electoral, en una de las infinitas ocurrencias "made in Tebas" para cortar los plazos en la consecución de oponentes y su respectivos avales, la lucha por el control de la liga parece tener las horas contadas y Javier Tebas será reelegido como presidente.

Si el propio Tebas no nos engaña con su tweet, tiene 37 avales de los 42 que pueden presentarse, así es que la lucha por conseguir los avales necesarios por el otro contrincante, Álex Aranzábal, ha llegado a su fin.

La cosa ya ha quedado clara: Javier Tebas será presidente de la LFP. Ahora bien, ¿por qué? Es muy sencillo. Javier Tebas es presidente por dinero.

En los últimos años la mayoría de las aficiones de los diferentes equipos que componen nuestro fútbol han expresado su malestar con todo lo que venga de ese órgano. Han denunciado una persecución, muchas veces con toda la razón, del aficionado. Un ejemplo: en una de las leyes que aplicó el señor Tebas decía que las aficiones no podían estar mezcladas, con lo que significa que una persona que sea simpatizante del Sporting de Gijón no puede comprar una entrada por Internet para ir, por ejemplo, a la Rosaleda. Luego nos quejamos de que los estadios están vacíos....

Si contamos las aficiones en contra de Tebas, las cuentas no salen y mucho menos suman 37 o ni siquiera la mitad con lo que conlleva a la fácil pregunta: ¿entonces por qué le avalan?

También es muy fácil la respuesta: Los que ocupan los palcos no piensan en el aficionado sino en las arcas. Los clubes cada vez tienen más competencia entre ellos, y lo que antes era salvarse sin muchos problemas ahora se convierte en objetivo Europa. Todo esto tiene un culpable: todos nosotros.

Queremos que cada año nuestro equipo del alma este cada vez más arriba y si podemos ganar títulos mejor. Queremos a los mejores jugadores de turno y si los tenemos, pues entonces el mejor césped del mundo y si lo tenemos queremos las mejores y más bonitas redes de portería del mundo y así hasta que nos aburramos.

El aficionado lo quiere todo: ser el mejor equipo para así ser la mejor liga del mundo y esto solo se consigue con dinero.

Nos quejamos de horarios, entradas, desplazamientos... y todo lo que no nos gusta de Tebas, pero queremos que nuestro equipo del alma tenga los mejores jugadores del mundo y, si es posible, también los más guapos.

Con todo esto el señor Tebas lo tiene muy fácil: repartir mucho más dinero y así le avalarán. 

No es lógico en los años que corren, y por muy equitativo que sea, que un equipo recién ascendido a primera división le suelten 40 kilos por la jeta o por la de los chinos que pagan por verla.

Los clubes cada vez están más exigidos por nosotros y no nos engañemos, el fútbol no da beneficios como para sobrevivir por nuestra cuenta. Alguna solución tienen que encontrar. La suma es muy fácil:

Resultados + estrellas = dinero

¿Quién me da ese dinero? Javier Tebas.

En esta última pregunta igual podría salir como respuesta Aranzábal, pero es mejor malo conocido que bueno por conocer.

Por último, también hay que recordar que los clubes, menos cuatro en España, son Sociedades Anónimas, con lo que significa que son meras empresas para ganar dinero.

En resumen. Si la gente no quiere a Tebas que empiece primero a pensar qué fútbol quiere y ahí tendrá la respuesta. @sergiomn1981

>Podéis leer más artículos del autor en su blog www.lasegundajugada.wordpress.com

 

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