Cuéllar tiene razón, pero también se equivoca

Cuellar en rueda de prensa
Cuellar en rueda de prensa.

El portero del Sporting se desahoga en rueda de prensa contra un periodista que había dejado entrever involuntariamente –o no– que se estaba encarando a la afición rival del Deportivo, en A Coruña.

Cuéllar tiene razón, pero también se equivoca

Pichu Cuéllar’, que no juega ni en el Madrid ni en el Barça, se ha convertido en el personaje de la semana tras sus declaraciones poniendo a un periodista de La Nueva España en su sitio tras dar éste a entender que se estaba enfrentando con la afición del Deportivo, en A Coruña, cuando la realidad es que estaba observando a un aficionado que sufría un ataque de epilepsia.

No me causa sorpresa alguna que un periodista deportivo publique información falsa, o la omita para dar a entender lo que no es, o incluso desarrolle un argumento ficticio que a base de repetición pueda parecer hasta un hecho contrastado.

Cuéllar tiene razón, pero también se equivoca. Y no en la reacción, que es comprensible y, a mi entender, hasta moderada. El portero del Sporting se contradice a sí mismo. En este caso, el periodista, Víctor Rivera, dice que envió el vídeo a la redacción según lo grabó, confirmando la versión del Cuéllar de que es un idiota, y por lo tanto, exculpándose de haberse comportado como un ‘hijo de puta’. 

Lamentablemente, es un hecho que el periodismo deportivo está tomando el relevo de la política, que se ha devaluado hasta el punto de que en apenas medio siglo hemos pasado de Churchill a Pablo Iglesias, o de Margaret Tatcher a Mariano.

A día de hoy, ambas profesiones están pobladas de personajes que habitualmente se comportan como coloquialmente ha expresado el portero, dejando caer rumores, mentiras que se convierten en verdades de masas a base de insistencia, e incluso ‘noticias’ inventadas, sin preocuparse de los daños personales que puedan ocasionar simplemente con el objetivo de obtener más audiencia.

Y al fin, un futbolista se ha permitido el lujo de estallar contra un gremio podrido hasta el punto de que los medios de comunicación presentes en la sala de prensa, en un ejercicio de corporativismo vomitivo y de insulto a su deber de informar acordaron no sacar lo grabado para tapar la actuación de –como dice Cuéllar– al menos un 'idiota' y un ‘hijo de puta’ en el mejor de los casos (periodista y redactor), o de dos ‘hijos de puta’ en el peor.

Hoy, una aplastante mayoría defiende las declaraciones de Cuéllar frente al infame corporativismo del periodismo deportivo que pone énfasis en lo que ellos consideran una falta de respeto del portero al periodista, en vez de censurar el periodismo amarillo y sensacionalista de su compañero, simplemente porque los mismos que lo defienden viven a base de chascarrillos e injurias, de manipulaciones y exageraciones, y de elevar al nivel de noticia lo que, en muchas ocasiones es un gesto sin significación alguna.

No me cabe ninguna duda de que algún programa de debate nocturno ya estará contactando a Victor Rivera, el periodista en cuestión, para comprobar si sus actos fueron los de un idiota para contratarlo y tras un periodo de adaptación convertirlo en lo otro o si, con suerte, lo que hizo fue de manera totalmente voluntaria y se pueden ahorrar el periodo de formación. @SirDanielC

 

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