Viaje a Tras os Montes, un magnífico libro con tres errores garrafales

Portada de Trás-Os-Montes, Un viaje portugués. / Alfaguara
Portada de Trás-Os-Montes, Un viaje portugués. / Alfaguara
Uno se refiere al rey Pedro I de Castilla y su amante la gallega Inés de Castro, otro a Carlos I, y el tercero a Fernando VII.
Viaje a Tras os Montes, un magnífico libro con tres errores garrafales

Acabo de disfrutar la lectura del hermoso libro Trás-Os-Montes, Un viaje Portugués, de Julio Llamazares, por esas queridas tierras del noreste portugués que durante tantos años fue bastión defensivo en las guerras contra León y después contra Castilla.

Durante su lectura fue gustándome de manera progresiva, con un comienzo para mi torpe y mejorando en interés, me ha hecho sentir cuando llegue al final del mismo.

A lo largo de él me encontré con tres graves errores, dos de los cuales no se pueden disculpar como erratas.

En la página 27 dice: “el rey Pedro I de Castilla y su amante la gallega Inés de Castro aquella que reinaría después de muerta”, pero la Historia y mucha leyenda asignan el puesto a Pedro I de Portugal, que la enterró en Alcobaça en una tumba de mármol blanco, frente a la suya, tocándose los pies, para que en la resurrección lo primero que se viesen fuesen el uno al otro.

En la página 99 dice: “el último, Carlos I, apreciable pintor de acuarelas y amante de la arquitectura, tras cuyo asesinato se estableció la República”. Se refiere a Carlos I como último rey de Portugal.  La Historia no lo cuenta así, Carlos I (del que se destaca como principal afición su dedicación a la Oceanografía junto con su amigo el príncipe  Alberto I de Mónaco) y su hijo mayor y heredero Luis Felipe fueron tiroteados y muertos en el Terreiro do Paço, conocida como Plaza do Comercio de Lisboa y días mas tarde su hijo menor, Manuel, es proclamado rey de Portugal, el último, de la dinastía Braganza y de Portugal, pues el 5 de octubre del 1910, después de refugiarse en el monasterio de Mafra, huye a Gibraltar, embarcándose en la playa de Ericeira.

En la página 126 dice: “el infante español Carlos, el hijo de Fernando VII, cuando tuvo que salir de su país a la muerte de su padre, en 1832”. La Historia nos dice que  ni Fernando VII tuvo hijos varones ni murió en el 32 si no en el 33, si hubiera sido como nos dice el libro nos hubiéramos evitado las guerras carlistas.

No comprendo como la editorial Alfaguara no supervisa mínimamente los escritos y lamento que estén ahí para siempre estos tres graves errores en tantas librerías. @mundiario

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