Laúd en el desierto, un libro que ahonda en el existencialismo y sus problemas

Laúd en el desierto.
Portada de Laúd en el desierto, de Luis Estrella.

Luis Estrella, quien recientemente ha publicado su libro Laúd en el desierto y lo presentará en la Feria Internacional del Libro Monterrey, cuenta cuál fue el proceso creativo y su visión de la escritura. Además, señala que un país debe tener más lectores y escritores comprometidos con su oficio.

Laúd en el desierto, un libro que ahonda en el existencialismo y sus problemas

Cuando nos adentramos en la lectura de un texto también ahondamos en una aventura y desconocemos cuáles serán sus consecuencias. A medida que surge un avance, el asombro o el desprecio acuden como un juez que se guía por asuntos estéticos, sobre todo si el terreno que pisamos es el de la poesía.

En el proceso de lectura –sea en voz baja, donde las sensaciones se interiorizan y las percepciones se enaltecen, o realizando una lectura en voz alta, para entender el ritmo, la enunciación y el proceso de pensamiento a través de lo auditivo– la poesía es un género difícil, pues hay que hacer un juicio estético pero también lingüístico, psicológico, entro otros. Entender a un poeta no significa que su poesía tenga cierta orientación, porque todo escrito desemboca en el papel por un asunto más de impulso que de racionalización. Este aspecto es lo que Luis Estrella manifiesta en su último libro y en la presente entrevista nos cuenta a fondo los pormenores.    

- Entendiendo que la vida siempre existe y toda persona es capaz de interiorizarla a su modo, ¿cómo surge el motivador para escribir?

- "En verdad es una pregunta que de alguna u otra manera nos hacemos, o nos hemos hecho, quienes nos dedicamos a escribir. Al verlo como un motivador, me parece que no es la escritura, porque este es un proceso de asimilación y vaciado de signos, resulta que la vida es ese motor. Pero entre la vida hay múltiples factores que nos van pasando y repercuten. Te cito un ejemplo: hoy veo a un hombre a las ocho de la mañana, dormido en una banqueta de una concurrida calle. Se encuentra cubierto por una cobija y está sucio. Mi único pensamiento pensamiento fue: '¿qué estamos haciendo como sociedad para merecer esto?'.  Y, en este punto, no me refiero despectivamente a la persona ni a la sociedad, sino a realmente preguntarnos hasta dónde hemos llegado para vivir en la indigencia y, más aún, ¿por qué el gobierno se hace de la vista gorda?. Eso es un mal común y lo vemos en ene ciudades de México. Volviendo al tema de la escritura, pues ver tales escenas en la calle me permite diferenciar entre lo que vale para ser dicho en un poema o no. Ciertamente no es el único motivador. Hay otros, como la trascendencia por lograr que tu obra tenga un valor literario o poseer cierto renombre, incluso ganar un premio, pero eso, sin duda, es algo más cultural, sobre todo, burgués".

- En tu libro Laúd en el desierto hay un lenguaje fuerte, donde el mensaje final pareciera ser: ¿tiene sentido vivir y exigirnos todos los días?, y ¿para qué hacerlo, entonces?

- "En definitiva, como en algún momento dijo Lennon: 'La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes'”.

- Cuéntanos de tu libro.

- "Laúd en el desierto es un libro de poemas que escribí durante cinco años. Comencé en 2013 y lo terminé en 2017. Realmente lo trabajé a fondo, hice múltiples revisiones, lo mandé a dictámenes, lo reajusté, quité poemas porque no iban a tono con lo que yo necesitaba reflejar. Este libro es un acto de rebeldía hacia mí, principalmente, y uso el lenguaje para mostrar un mundo poético de lo que sé, lo que vivo, aquello que fue y sigue siendo en mi memoria.  También, pues en ese sentido, no es un libro que hable de aspectos amables. La poesía que escribo es bastante directa, pero trato de construir imágenes y sinécdoques para reflejar ahí lo que necesito decir".

- ¿Cómo escribes?

- "Es una pregunta muy amplia. Escribir es un acto de responsabilidad. Cuando lo haces, no piensas en la gran masa o una minoría; reflexionas en un lector, que a grandes rasgos es utópico, pero fundado en la premisa del diálogo. En cuanto a la forma, no tengo un ideal: puede ser en un escritorio con mi equipo computador portátil o en un cuaderno donde, por lo regular, más que escribir, redacto bocetos, signos, garabatos, ejercicios de imaginación, cuando se trata de novela. En cuanto a poesía, hay algo muy abstracto en este sentido. Lo diré: cuando lo hago, es más una génesis mental que se origina en los sueños y en la vigilia se traduce en escritura. Dice Octavio Paz que el gran mal del surrealismo fue creer que la escritura automática era posible, pero en realidad no puede existir eso, tiene que haber la parte consciente y la inconsciente. Yo estoy de acuerdo con esto último. Escribir es un signo y una representación del mundo tal y como lo percibimos. Y es ahí, en este sentido, donde la riqueza de la literatura se extiende: en que cada autor tiene una propuesta. Ahora bien, de ahí que sea una propuesta de calidad es otro asunto".

- ¿Qué es para ti la literatura?

- "Un asunto serio, como la vida. Soy una autor que escribe literatura y piensa en el quehacer estético y literario, porque nace de un acto de vivir".

- ¿Qué opinas de tu propia obra?

- "Está formándose. Y creo que tal formación nunca acabará. Es un engendro que quizá jamás tenga forma humana. Es un clisé decir que es un hijo, porque no lo es. Considero que aquello nacido de nuestro cerebro y mudado a un acto de escritura, tiene una vida propia. En otros términos, sería decir 'Cuando nombro algo, lo invento', agregando 'para que sea auténtico y libre'. En suma, la obra propia siempre dependerá de un lector para que cumpla con su propósito y adquiera una categoría donde la comunicación logre su efecto de correspondencia. Estoy en desacuerdo con aquellos escritores que rezan por una escritura en solitario, donde el diálogo se cierra y el monólogo empieza. Muy diferente es iniciar un soliloquio dentro de la obra, porque eso entra en el nivel operativo de la narrativa (cuando un emisor comienza un relato)".

- Cuéntanos de la editorial que publicó Laúd en el desierto.

- "Se llama Editora Nómada. Es un sello mexicano que se interesó en mi obra (este este el segundo libro que ya tengo publicado con ellos). Katia Irina Ibarra, quien es la editora, ha hecho un muy buen trabajo tanto en fondo como en forma".

- Por último, ¿cuál ha sido tu último proyecto después de la publicación?

- Realmente, he venido trabajando desde este año en un nuevo proyecto narrativo. Es un libro de cuentos que tiene como premisa la metamorfosis. No puedo decir detalles, porque no quiero contar todo, pero en sí cada relato que estoy escribiendo tiene como fundamento la transformación de un hecho. Sin poner un nombre, se inclina por el relato fantástico. @mundiario

 

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