Trump impone sanciones a Cuba y Nicaragua a menos de un mes de dejar la Casa Blanca

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El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump. / NBC

“Estas medidas están orientadas a privar al régimen cubano de los recursos que utiliza para oprimir a la población cubana y financiar su injerencia en Venezuela”, dijo entonces el secretario de Estado, Mike Pompeo.

Trump impone sanciones a Cuba y Nicaragua a menos de un mes de dejar la Casa Blanca

Los totalitarismos del este hemisferio siguen bajo la mira de EE UU. El principal objetivo del líder de la mayor potencia mundial sigue siendo la lucha contra los regímenes comunistas y totalitarios que quedan en el hemisferio occidental y en el resto del planeta. A solo 28 días de tener que entregar el mando de una nación que busca recuperar su protagonismo en la escena internacional, dos de las dictaduras que todavía existen en América han recibido duros golpes a sus estructuras de poder.

Y es que el Gobierno de Estados Unidos sancionó este pasado lunes a varias empresas cubanas dedicadas al turismo y a tres altos cargos del Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua. Se trata del vicepresidente de la Corte Suprema, un diputado oficialista y el jefe de la policía de León acusado de coordinar la represión contra periodistas.


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Esta medida representa una estrategia de Washington para socavar la estabilidad de ambos países latinoamericanos, pues en el caso de Cuba; al cortarles los suministros de capital que produce esa compañía al régimen de Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro, La Habana corre el riesgo de perder más control financiero sobre el resto de las actividades con las que sostiene su cúpula y mantiene el poder militar para retener el poder político, algo similar a lo que ocurre en Venezuela.

En el caso de Nicaragua, las sanciones son individuales, pero igualmente le restan un amplio margen de maniobra a la dictadura de Daniel Ortega al congelar los fondos, activos y revocar las visas de esos altos funcionarios que contribuyen a mantener la represión contra la población y consolidan el poder del mandatario en el país a pesar de la crisis económica-social que lo golpea desde hace varios años.

El Departamento del Tesoro acusó a tres empresas cubanas de “usar una filial panameña para evadir las sanciones de Washington”. Entre ellas está GAESA, un grupo empresarial controlado por los militares que abarca desde hoteles y supermercados hasta servicios portuarios y aduaneros. Con esa esfera de influencia del sector militar en los sectores más importantes de la economía cubana, esa empresa es la piedra angular del poder financiero del Gobierno de la isla, y si Washington la suprime o le resta capacidad para operar, entonces los ingresos del Estado merman y eso se refleja en una mayor presión social-política contra la dictadura castrista. 

Desde los años noventa controla amplios sectores económicos vinculados al turismo, el motor de la economía de la isla. El jefe de GAESA es el general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, exyerno del antiguo presidente Raúl Castro, también sancionado por Estados Unidos. Las otras dos empresas penalizadas son la Financiera Cimex y Kave Coffee, dedicada al café. Por lo tanto, el castillo de naipes que ha formado el régimen cubano con esa empresa turística como uno de sus elementos centrales podría derrumbarse si estas sanciones de la Casa Blanca asfixian su capacidad para atraer turistas y concentran la mayor parte de los ingresos en hacer más fuerte a la cúpula militar que lo mantiene en el poder. 

El canciller cubano, Bruno Rodríguez, rechazó las medidas y afirmó que “Cuba saldrá adelante sin importar cuántas entidades incluyan en sus listas espurias”. “Cada acción de la política exterior de Estados Unidos refuerza el aislamiento y descrédito internacional al que Trump y su equipo la condujeron”, dijo el canciller. 

Pero esta respuesta diplomática no es más que un mero trámite, pues La Habana ha sufrido otra sanción muy retaliativa que podría perjudicar la captación de divisas con las que garantizar el valor de su nueva moneda, el peso cubano reformado tras la eliminación del peso convertible (CUC) y la implementación de una unificación con la que el un dólar estadounidense ahora será igual a 24 pesos cubanos; una clara devaluación que empobrecerá más a los habitantes de la isla y motivará al régimen a concentrar más dólares para su beneficio político.

El equipo de Donald Trump, que dejará el poder el 20 de enero, argumentó que “las sanciones son parte del compromiso de atacar al régimen cubano por su comportamiento maligno y sus intentos de evadir las sanciones estadounidenses”, dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.

Entonces, en la medida que estas acciones estanquen aun más los flujos de dinero externo que entran a la isla, más difícil será para la Administración entrante de Joe Biden revertir las sanciones en caso de que trate de volver a acercar a EE UU a Cuba tal y como lo hizo el expresidente Barack Obama, pues esos bloqueos financieros selectivos sobre el régimen perjudican también la economía del país caribeño, dado que la población cubana es extremadamente dependiente del control que el régimen tiene sobre la distribución alimentos, bienes y servicios.

Según un informe del Departamento del Tesoro, las sanciones se suman al paquete de medidas contra la industria turística de la isla aprobadas hace tres meses. Desde entonces las restricciones afectan a viajeros estadounidenses y 433 hoteles y complejos turísticos que forman parte de una lista de alojamientos prohibidos en Cuba, además de más limitaciones a las importaciones de alcohol y tabaco producido y comercializado dentro de la isla.

En octubre, el presidente saliente de EE UU, Donald Trump, ordenó la suspensión indefinida de las operaciones de la casa de cambio Western Union en la isla, lo que bloquea inevitablemente millones de dólares en flujos de remesas que los inmigrantes cubanos radicados en el país norteamericano envían a sus familias en la isla para ayudarlas a sobrevivir ante las extremas condiciones de vida que hay en ese satélite del comunismo post-soviético. 

“Las medidas están orientadas a privar al régimen cubano de los recursos que utiliza para oprimir a la población cubana y financiar su injerencia en Venezuela”, dijo entonces el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo.

El apoyo político, diplomático y de inteligencia que el régimen cubano provee al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela es la base de la estructura de poder con la que el chavismo se sostiene en el Palacio de Miraflores, pues el aparato militar es respaldado por el sistema de inteligencia cubano, que contiene cualquier intento de sublevación armada en el Ejército venezolanos que amenace la permanencia de maduro en el Gobierno. 

Nuevamente, las dictaduras latinoamericanos han sido asediadas por la influencia económica y diplomática de una potencia democrática que busca eliminar esos últimos vestigios del comunismo que quedan en América y Occidente. @mundiario

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