Tensión en Brasil ante amenazas de los seguidores de Bolsonaro

Asalto a las sedes de los poderes del Estado en Brasil. / RR SS.
Asalto a las sedes de los poderes del Estado en Brasil. / RR SS.
Todo el país entra en un ambiente de rigidez ante la presencia constante de las fuerzas de seguridad debido a una nueva amenaza de movilización de la ultraderecha.
Tensión en Brasil ante amenazas de los seguidores de Bolsonaro

El ambiente de Brasil se respira con mucha tensión desde los eventos del domingo cuando una horda de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro irrumpió violentamente en varias sedes de los poderes del Estado. El bolsonarismo radical se apodera del país cuando Lula da Silva apenas consigue el poder de nuevo. Desde que Bolsonaro perdió las elecciones de octubre, los ultraderechistas han convocado una serie de movilizaciones en todas las capitales del país tres días después de los ataques a las sedes.

La explanada donde se ubican los edificios del Supremo, el Congreso y la Presidencia se encuentra cerrada al tráfico, además, cuenta con un gran despliegue de seguridad para evitar que vuelva a suceder lo del pasado domingo. Por su parte, el Tribunal Supremo ha extremado medidas dando luz verde para que las fuerzas de seguridad impidan cualquier intento de bloquear calles, edificios púiblicos o espacios de interés. 

“Cada gesto contra la democracia brasileña será castigado”, ha advertido el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió el poder el 1 de enero. La polarización que vive Brasil se sentían desde hace meses, con Lula y Bolsonaro llegando a una segunda vuelta que el socialista ganó por un porcentaje muy pobre. 

Para agregar un poco de leña al fuego, el expresidente -que ahora reside en Florida, EE UU- lanzó un tuit durante el día martes donde difundía un vídeo en donde alentaba que hubo fraude, que Lula “no fue elegido por el pueblo", ni ganó en las urnas, sino que alcanzó el poder gracias a las maniobras del Tribunal Supremo y el Tribunal Superior Electoral. Dicha publicación se hizo viral rápidamente aunque el propio Bolsonaro terminó eliminándolo. Pese a esto, la teoría de conspiración ha servido como pólvora para incendiar a los partidarios más radicales de Bolsonaro, que mantienen la posición de que las elecciones fueron un fraude pese a que jamás en toda la democracia que ha vivido Brasil, se ha demostrado algún agujero en su sistema electoral.

Cientos de personas ya han sido encarceladas por los disturbios y daños causados a las propiedades del Estado. Además, los responsables de la Policía Militar en el Distrito Federal, han sido apartados de sus puestos por el Supremo debido a que no hicieron nada para evitar la turba. 

“Tomamos medidas para reforzar la seguridad en todo el país debido a que están circulando invitaciones a nuevas manifestaciones. Por eso, hemos adoptado una posición de precaución respecto a la seguridad de la Explanada de los Ministerios y en ciudades de todo el país”, ha asegurado Rui Costa, ministro de la Casa Civil.

Asimismo, tras la suspensión de Ibaneis Rocha como gobernador de Brasilia, el Gobierno de Lula ha dejado a cargo de la seguridad de la ciudad al interventor federal Ricardo Cappelli, quien declaró que “no hay ninguna posibilidad de que lo que ocurrió el domingo vuelva a suceder” y afirmó que “aquellos que intentan crear una atmósfera de crisis no lo conseguirán”. @mundiario

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