Si aún no lo habías pensado, deberías agregar especias a tu café molido

El café con sabor está experimentando un renacimiento y no nos referimos a las bolsitas de “caramelo” molido que dejan una especie de residuo jabonoso en el paladar. Estamos hablando de respaldar el simple acto de agregar especias a los posos de café.

Si bien agregar especias al café ha sido una práctica común durante décadas, sino siglos, en muchas partes del mundo, incluidos Marruecos y México, muchos apenas empiezan a familiarizarse con esta práctica.  

Seguramente ya habías puesto canela en tus pedidos de Starbucks como cualquier otra persona, pero la adición de sal, por ejemplo, puede reducir la amargura y la acidez percibidas del café y, al igual que en los productos horneados, puede aumentar el sabor dulce y floral. A continuación, te contamos cómo agregar especias a tu café:

Si no eres una persona mañanera, simplemente agrega una pizca de especias previamente molidas directamente en tu prensa francesa junto con los granos molidos. Para los más animados entre nosotros, es posible que prefieras agregar especias enteras (no molidas) con los granos enteros y molerlos juntos. Esto dará como resultado una infusión más fragante y aromática, pero ten cuidado: es probable que tu molinillo se aferre a esos sabores y potencialmente los infunda en su próximo lote. Cualquiera que sea la ruta que elijas, una vez que el café y las especias se combinen, agrega una pizca de sal y continúa preparando normalmente.

Las especias más cálidas, las que buscaría al hornear, como el cardamomo, la pimienta de Jamaica, el clavo, el jengibre, la nuez moscada, el anís estrellado y la canela se combinan particularmente bien con el café. Elijas lo que elijas, debes saber que un poco de especia es muy útil, la mejor manera de encontrar lo que te gusta es experimentar con intensidad y tratar de emular tus productos horneados favoritos en forma de café.  @mundiario