Recientemente Dakota Johnson aseguró que su nueva película Suspiria, la había llevado directamente hasta el terapeuta. Esta cinta está siendo la sensación ante los críticos quienes aseguran que no vomitar es casi imposible. Pero antes de Dakota, hemos tenido casos muy interesantes de películas que han afectado psicológicamente a los protagonistas.
Entre ellos nos encontramos a Adrien Brody por El pianista, Anne Hathawey por Les Miserables, y Heath Ledger por El caballero oscuro; los tres ganaron el Oscar por sendas actuaciones, pero a cambio, pasaron meses deprimidos mientras se preparaban para los papeles. También nos encontramos con Jim Carrey, el humorista cambió por completo al transformase (literalmente) en Andy Kaufman para Man on the Moon, una cinta que dejó grandes secuelas en el actor y cuyo traumático rodaje es narrado en el espectacular documental de Netflix Jim & Andy: The Great Beyond.
Otros casos muy sonados son los de Shelley Duvall en El resplandor y Janet Leigh en Psicosis; ambas comparten traumáticas experiencias gracias a Stanley Kubrick y Alfred Hitchcock, conocidos por querer impresiones realistas en sus films, tanto así, que solían atormentar a sus protagonistas hasta el extremo. Otros casos dignos de mencionar son el de Daisy Ridley a quien le cuesta manejar la fama de Star War, Kate Winslet que quedó extenuada luego de protagonizar los dramas Revolutionary Road y The Reader casi simultáneamente; y Jake Gyllenhaal que ha pasado por problemas depresivos luego de protagonizar Prisioneros y Everest. @mundiario
