La UE busca intervenir en la producción de vacunas contra la covid-19
Urgencia ante todo. Europa hace todo lo posible para poner mano dura al control del elemento que podría sacarlo de una terrible crisis sanitaria, convertida también en una económica y social. En medio de la confusión por la distribución de las vacunas contra la Covid-19, así como por los desbalances que han originado sospechas de acaparamiento por parte de algunas empresas farmacéuticas para apartar grandes lotes de dosis en contratos muy rentables, la Unión Europea busca evitar cualquier foco de especulación o de corrupción con un producto tan vital como ese.
Y es que el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha pedido este jueves que se active el artículo 122 del Tratado de la Unión Europea para “poder imponer a las farmacéuticas medidas que garanticen el suministro de las dosis esperadas en cada país de la UE”. Esto implica que Bruselas hará uso de su marco jurídico para, en un acto parecido al de la Ley de Producción de Defensa de Estados Unidos, forzar a las compañías farmacéuticas a trabajar por el bienestar sanitario y la seguridad nacional, en el caso europeo, regional o comunitaria. El auxilio que se requiere allí es mucho mayor, ya que es a escala continental y en medio del surgimiento de una variante más contagiosa del virus; la detectada en Reino Unido.
Estas poderes excepcionales, similares a los de una especie de decreto de estado de emergencia, podría llevar a la UE a ejecutar una intervención de las compañías para controlar su producción de vacunas u obligarles a producirlas en fábricas de otros laboratorios, por supuesto, bajo estricta supervisión de la Comisión de Salud de la Unión Europea. El objetivo es claro: impedir desvíos, sobrefacturaciones, acaparamientos o monopolios por los intereses financieros de las empresas farmacéuticas en detrimento de las vidas de poblaciones enteras.
La Comisión Europea apuesta por aplicar control de las exportaciones para evitar que las dosis salgan de la UE. Pero el Consejo, formado por los 27 Gobiernos de la UE, reclama medidas mucho más duras. Aunque hay separación de poderes en Europa, lo más probable es que este asunto escale a un nivel diplomático que siente en una mesa de negociación a los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la UE con los presidentes de las compañías biotecnológicas que planean distribuir sus vacunas anticovid en los 27 países miembros del bloque.
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Ante los fallos -intencionados o no- en la entrega de dosis por parte de las farmacéuticas Pfizer (EE UU) y AstraZeneca (Reino Unido), las naciones europeas reclaman medidas duras que eviten retrasos logísticos o inconvenientes en los contratos de adquisición de las vacunas, pues perder tiempo es igual a perder vidas, ya que la pandemia no descansa. @mundiario
