El tratamiento de la drogadicción permite tomar conciencia de aspectos ensombrecidos

Hospital Moncloa. / Mundiario
Hospital Moncloa. / Mundiario

El consumo de drogas produce daños cerebrales que se reflejan en el comportamiento, en la forma de pensar y sentir, en la relación con la familia y con uno mismo.

El tratamiento de la drogadicción permite tomar conciencia de aspectos ensombrecidos

El consumo de drogas produce daños cerebrales que se reflejan en el comportamiento, en la forma de pensar y sentir, en la relación con la familia y con uno mismo.

El tratamiento hospitalario de la drogadicción -entendida como hábito de quien se deja dominar por alguna droga- permite tomar conciencia de aspectos ensombrecidos. Hay muchos tipos de drogas y también visiones sociales distintas ante las drogas. El alcohol, por ejemplo, es la droga con más demandas de tratamiento entre la población adulta, más que hace cinco años. El consumo de alcohol se inicia en la adolescencia pero se tarda una media de 19 años en iniciar el tratamiento, un periodo superior al de otras drogas, que suele situarse en los doce años, lo que comporta un mayor deterioro físico y psicológico y un alto grado de exclusión social. Lo mejor en todos estos casos suele ser contactar con un centro de desintoxicación a fin de conseguir resultados con garantías profesionales.

"El consumo de drogas -indican a MUNDIARIO desde Tratamientos Avanzados de la Adicción (Tavad)- produce daños cerebrales que se reflejan en el comportamiento, en la forma de pensar y sentir, en la relación con la familia y con uno mismo". Estas alteraciones son el reflejo de perturbaciones neuronales. Cuando las áreas cerebrales dañadas se recuperan, la persona afectada se comporta, piensa y siente de un modo normal, más estable, más sereno, más reflexivo.

Si bien mantiene una tendencia a la baja, la cocaína esnifada sigue siendo la sustancia de consumo principal para el 39 % de las personas en tratamiento en Proyecto Hombre. La alta capacidad de generación de adicción, una mayor concienciación social de sus graves efectos en la salud y su alto coste económico son factores que pueden incidir en el descenso de su consumo. La heroína es la droga de referencia para un 8 % de los casos, consumida habitualmente por vía fumada, lo que confirma un consumo minoritario y residual pero estable y que no desaparece. Son solo algunas drogas que amenazan las vidas de muchas personas y de sus familias.

Pero hay esperanza. "Tras realizar el tratamiento hospitalario, la persona empieza a darse cuenta y a tomar conciencia de aspectos de su vida que antes estaban ensombrecidos por los efectos del consumo de drogas", precisan desde Tavad, creada en 1988 con la vocación de tratar a personas adictas a sustancias psicoactivas y de llevar a cabo investigaciones científicas, para la mejora de los tratamientos y prevención de las adicciones. Tavad, líder en el tratamiento avanzado de esta patología, cuenta con una unidad hospitalaria en el Hospital Moncloa, de Asisa, y más de treinta unidades ambulatorias a nivel nacional para el tratamiento y rehabilitación de sus pacientes.

Una perspectiva global e integrada
La Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas analiza el problema de las drogas desde "una perspectiva global e integrada", lo cual afecta a múltiples ámbitos de la sociedad. Bajo este enfoque actúa "de forma coordinada y conjunta" en los diferentes campos de acción. En este esquema de trabajo, la cooperación internacional se constituye como "un área de especial importancia" que posibilita "la participación activa de España" en todos los foros multilaterales en los que se trata el fenómeno de las drogas, así como el desarrollo de las relaciones de colaboración bilateral con países con los que España comparte este problema común. Los principios en los que se basa esta participación son los siguientes:
1. Compromiso activo de España en el debate internacional de drogas.
2. Enfoque global del problema de las drogas, nivelando las políticas de demanda y oferta.
3. Asunción del principio de responsabilidad compartida.
4. Mejora de los sistemas de prevención frente a nuevos patrones de consumo y nuevos fenómenos como las drogas de síntesis.
5. Defensa de una política común en materia de drogas en el seno de la Unión Europea.
6. Desarrollo de los mecanismos regionales de colaboración y cooperación con Iberoamérica y la cuenca mediterránea.
7. Incremento de los sistemas de formación, información y colaboración en materia de lucha contra el tráfico de drogas y el crimen organizado relacionado con dicho tráfico, y otros delitos conexos.
8. Reforzamiento de la cooperación internacional en la lucha contra el blanqueo de capitales.
9. Mejora del intercambio de información contra el comercio ilícito de precursores.

 

Comentarios