La situación actual de las mujeres en el cambiante mundo laboral

Women. / Instagram @unwomen
Women. / Instagram @unwomen

La globalización, las innovaciones digitales, el cambio climático, entre otros factores, continúan transformando el mundo en el que trabajamos, planteando tanto retos como oportunidades para liberar el potencial económico que atesoran las mujeres para crear un futuro mejor.

La situación actual de las mujeres en el cambiante mundo laboral

Pese a que la globalización ha ayudado a millones de mujeres a encontrar un empleo remunerado, el número de mujeres en situación de actividad es muy inferior al de hombres. Las desigualdades de género han concentrado a las mujeres en los puestos de trabajo peor remunerados.

"Las mujeres representan la mitad del potencial del mundo. Para liberarlo es necesario que tengan acceso a un trabajo decente, remunerado y de buena calidad, y también se necesitan políticas y regulaciones sensibles al género, como licencias de maternidad y paternidad adecuadas y horarios flexibles", apuntan desde el World Employment Social Outlook, Trends 2016, Organización Internacional del Trabajo.

Este tipo de medidas también tienen sentido desde el punto de vista económico: si las mujeres desempeñaran una función idéntica a la de los hombres en los mercados laborales, el producto interno bruto mundial anual podría aumentar en 28 billones de dólares estadounidenses (un 26%) de aquí a 2025.

Población activa. / ONU Mujeres

Población activa. / ONU Mujeres

A nivel mundial, las mujeres tienen mayor probabilidad de estar desempleadas que los hombres, si bien se observan amplias disparidades entre regiones. En 2015, alrededor de 197 millones de personas en edad de trabajar se encontraban desempleadas; esto supone 27 millones más que el nivel de paro anterior a la crisis financiera (2007). El desempleo juvenil resulta particularmente preocupante y puede tener efectos muy perjudiciales a largo plazo, como la pérdida de medios de vida, la pobreza o las repercusiones psicológicas: en 2015, la tasa de desempleo juvenil se situaba en el 13,1%, muy por encima de la tasa de desempleo mundial (5,8%). La disparidad de género es muy acusada en algunas regiones, como África del Norte y los Estados árabes, donde la tasa de desempleo juvenil de las mujeres casi duplica la de los hombres jóvenes, situándose próxima a un 44% pese al incremento del nivel educativo que se observa entre las jóvenes en dichas regiones. Esto sugiere que la educación, por sí sola, no puede superar las barreras estructurales que existen en los mercados de trabajo.

Desempleo.

Desempleo. / World Employment Social Outlook, Trends 2016, Organización Internacional del Trabajo; Las mujeres en el trabajo, Tendencias 2016, Organización Internacional del Trabajo; El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, informe del Secretario General, E/CN.6/2017/3, diciembre de 2016.

Las mujeres están concentradas en empleos menos remunerados, de menor cualificación y mayor inseguridad laboral; además, están insuficientemente representadas en puestos con responsabilidad de toma de decisiones y en campos como la ciencia y la tecnología.

Segregación ocupacional.

Segregación ocupacional. / Las mujeres en el trabajo, Tendencias 2016, Organización Internacional del Trabajo; El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, informe del Secretario General, E/CN.6/2017/3, diciembre de 2016; Unión Interparlamentaria (datos correspondientes a diciembre de 2016); Fortune (datos correspondientes a junio de 2016).

A nivel mundial, las mujeres sólo ganan 77 céntimos por cada dólar que ganan los hombres por un trabajo de igual valor. Esta es una causa fundamental de desigualdad en términos de ingresos a lo largo de toda la vida. Al ritmo actual, esta brecha tardará 70 años en cerrar. Las políticas laborales representan un factor crucial en este tema. Por ejemplo, las mujeres se enfrentan a mayores limitaciones para conciliar las responsabilidades familiares con el empleo remunerado. Las políticas restrictivas, como la falta de flexibilidad de los horarios de trabajo y las limitadas licencias de maternidad y paternidad, pueden impedir la movilidad de las mujeres en el seno de la fuerza laboral y arrastrarlas al empleo a tiempo parcial. A su vez, esto las expone a nuevas desigualdades, como el limitado acceso a la protección social, en particular a las pensiones de vejez. Las mujeres con hijas/os son más vulnerables a estas desigualdades, que también se conocen como "la penalización de la maternidad". En África Subsahariana y Asia Meridional, la brecha salarial de género es de un 31% y un 35%, respectivamente, para las mujeres con hijas/os, en comparación con el 4% y el 14% de las mujeres sin hijas/os.

Brecha salarial.

Brecha salarial. / Las mujeres en el trabajo, Tendencias 2016, Organización Internacional del Trabajo; El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, informe del Secretario General, E/CN.6/2017/3, diciembre de 2016; El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016, ONU Mujeres.

Desde limpiar y cocinar hasta recoger agua y leña o cuidar de niñas/os y personas mayores, las mujeres asumen una carga desproporcionada de trabajo no remunerado en todo el mundo. El trabajo no remunerado sustenta la economía y a menudo suple la falta de gasto público en servicios sociales e infraestructura. De hecho, se calcula que el trabajo no remunerado y el empleo del hogar alcanzan un valor equivalente a entre un 10% y un 39% del producto interno bruto. Esto significa que puede contribuir más a la economía que la industria, el comercio o el sector del transporte. Además de que los hombres deben asumir una parte mayor de este trabajo, las políticas orientadas a reducir y redistribuir el trabajo no remunerado que realizan las mujeres y las niñas, ampliar el empleo remunerado en el sector de los cuidados y proporcionar protección social e infraestructuras básicas, como el acceso a agua limpia, son fundamentales para que las mujeres accedan al empleo remunerado, permanezcan en él y liberen todo su potencial económico.

Trabajo no remunerado.

Trabajo no remunerado. / Las mujeres en el trabajo, Tendencias 2016, Organización Internacional del Trabajo; El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, informe del Secretario General, E/CN.6/2017/3, diciembre de 2016.

Pese a que casi todos los países del mundo han adoptado alguna forma de legislación de protección de la maternidad, tan sólo 63 países cumplen las normas mínimas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo, según las cuales las madres deben disfrutar al menos de 14 semanas de licencia de maternidad retribuida. Incluso en aquellos países que cuentan con leyes en esta materia, se calcula que tan sólo un 28% de las mujeres trabajadoras a escala mundial disfrutan actualmente de este tipo de licencias. Las políticas de licencia de maternidad y paternidad que posibilitan el reparto de responsabilidades de cuidado infantil entre ambos progenitores desempeñan un papel crucial a la hora de garantizar el bienestar personal y económico de las mujeres, las familias y las sociedades.

Licencia de maternidad y paternidad.

Licencia de maternidad y paternidad. / El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016, ONU Mujeres; Convenio sobre la protección de la maternidad, 2000 (núm. 183), Organización Internacional del Trabajo.

Las personas migrantes contribuyen al bienestar económico y social de las sociedades tanto en sus países de origen como de destino. El dinero (conocido como remesas) que las/os migrantes envían a sus hogares de origen puede mejorar los medios de vida de millones de personas y, a su vez, fortalecer las economías. En 2015, las/os migrantes internacionales enviaron unos 581.600 millones de dólares estadounidenses a sus familias en los países de origen. De esta cantidad, los países en desarrollo recibieron unos 431.600 millones de dólares, una cifra cercana al triple de la que se invierte en asistencia oficial para el desarrollo. Las mujeres migrantes tienen un peso mayor en la fuerza de trabajo global que las mujeres no migrantes; se concentran en sectores predominantemente feminizados de la economía informal, como el del cuidado y el sector de servicios. Uno de los grupos más vulnerables de trabajadoras/es migrantes son las/os empleadas/os del hogar; la inmensa mayoría son mujeres, que se ven sometidas a precarias condiciones laborales, largas jornadas de trabajo y un acceso limitado o nulo a la protección social. A escala mundial, un 57% de las/os trabajadoras/es del hogar carecen de limitaciones en cuanto a la duración de su jornada laboral. Un problema relacionado con lo anterior es la trata de trabajadoras/es a través de las fronteras: las personas migrantes y jóvenes tienen mayor probabilidad de caer en las redes de intermediarios laborales carentes de toda ética, quienes, a través de la coerción y el engaño, las exponen a contratos precarios y a muchas otras vulneraciones de sus derechos humanos y laborales.

Trabajadoras migrantes.

Trabajadoras migrantes. / Migration and Remittances, abril de 2016, Grupo del Banco Mundial, KNOWMAD; ILO global estimates on migrant workers, 2015, Organización Internacional del Trabajo; Decent work for migrant domestic workers: Moving the agenda forward, 2016, Organización Internacional del Trabajo; El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, informe del Secretario General, E/CN.6/2017/3, diciembre de 2016.

La violencia contra las mujeres en el mundo laboral constituye una vulneración de los derechos humanos que afecta a las mujeres con independencia de su edad, ubicación, nivel de ingresos o condición social. Las mujeres pueden experimentar acoso o agresión sexual en el trabajo o en el trayecto de ida y vuelta a este. Pese a que muchos países cuentan con leyes o disposiciones para combatir este tipo de violencia, su repercusión es limitada. En la Unión Europea, por ejemplo, un 55% de las mujeres han experimentado acoso sexual en al menos una ocasión desde que cumplieron 15 años. De ellas, un 32% lo sufrió en el trabajo. La violencia contra las mujeres puede limitar su potencial económico y social y tener una incidencia significativa en su salud física y mental, que puede conducir al absentismo, la pérdida de oportunidades de promoción y la pérdida de puestos de trabajo.

Violencia contra las mujeres.

Violencia contra las mujeres. / Violence against women: an EU-wide survey, 2014, Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea; Mujer, empresa y el derecho, 2016, Banco Mundial.

En la actualidad, continúa existiendo al menos una restricción legal basada en el género para el empleo y el emprendimiento de las mujeres en 155 países; en 18 países, los esposos pueden impedir legalmente que sus esposas trabajen; y solamente existen leyes contra la discriminación de género en las prácticas de contratación de mujeres en 67 países. Para que las mujeres puedan realizar todo su potencial económico, es necesario que los países eliminen la discriminación contra las mujeres en su legislación, en con-sonancia con la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, el tratado de derechos humanos de las mujeres que obliga a los países a adoptar medidas concretas para el adelanto de la mujer en vida pública y privada.

Barreras legales.

Barreras legales. / El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016, ONU Mujeres; *Mujer, empresa y el derecho, 2016, Banco Mundial (basado en un estudio de 173 países).

Las mujeres se encuentran excesivamente representadas en el 73% de la población mundial que carece de acceso a la protección social o sólo disfruta de un acceso parcial a ésta; esto las expone a una mayor vulnerabilidad a la pobreza y a otras desigualdades. A modo de ejemplo, debido a su menor participación en el mercado laboral y a su tendencia a cobrar salarios inferiores y a disfrutar de un acceso menor que los hombres al crédito y a otros recursos, las mujeres pueden enfrentarse a una inseguridad mayor en términos de ingresos y tener menos acceso a (y cobertura por parte de) los instrumentos de protección social de carácter contributivo, como las pensiones, la prestación por desempleo o incluso el seguro de salud. Muchas terminan por caer en la pobreza. En torno al 65% de la población mundial que ha superado la edad de jubilación y no recibe ningún tipo de pensión ordinaria está compuesta por mujeres. Esto significa que 200 millones de muje-res de edad avanzada viven sin ingresos regulares procedentes del sistema de protección social, frente a 115 millones de hombres.

Protección social.

Protección social. / Las mujeres en el trabajo, Tendencias 2016, Organización Internacional del Trabajo; El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, informe del Secretario General, E/CN.6/2017/3, diciembre de 2016.

Comentarios