Recomendaciones para un amor sin muertos

Representación del amor. / Facebook
Representación del amor. / Facebook

No permitas que nadie te diga que te calles, ni que ridiculice tus opiniones. Que nadie silencie nunca tu voz, porque sin ella nuestro coro está incompleto. Tienes derecho a hablar...

Recomendaciones para un amor sin muertos

No permitas que nadie te diga que te calles, ni que ridiculice tus opiniones. Que nadie silencie nunca tu voz, porque sin ella nuestro coro está incompleto. Tienes derecho a hablar...

No quiero ver tu nombre en las esquelas. No quiero que seas una más en la estadística. No quiero ver cómo abren el telediario con tu cadáver tendido en el suelo. No quiero sentir que la rabia me muerde las entrañas cuando escuche la noticia. Por eso debes ser lista, debes estar muy atenta a las señales y no cometer errores. Debes aprender a diferenciar el amor de la dependencia, debes grabarte a fuego que tú no tienes dueño, que a nadie perteneces si no es a ti misma. Porque hay tantos hombres maravillosos ahí fuera, que es una lástima ir a caer en manos de uno de esos pocos seres cobardes, débiles e inseguros que, no lo dudes, antes o después te acabará matando. 

Sé económicamente independiente. Aunque él tenga un buen trabajo, o mucho dinero, y tú un pequeño sueldo que ganas con mucho esfuerzo. Por pequeño que sea, te dará el valor y la libertad de irte dando un portazo si las cosas se ponen feas. Ser autosuficiente hará que tu dignidad y tu integridad física no tengan precio. El dinero nos subyuga, nos hace dependientes. Nunca dependas del dinero de otro.

Lo primero que intentará será aislarte, romper tu relación con el mundo. Jamás consientas que te aleje de la gente que te quiere, de tus amigos y amigas de siempre, de tu familia, de tus compañeros del trabajo. Esfuérzate por mantener vivos tus vínculos sociales, ellos te hacen más fuerte. Y aprende a amar la soledad. Sé tu mejor amiga y valora tu propia compañía. Quién está a gusto consigo misma, nunca está sola.

No permitas que nadie te diga que te calles, ni que ridiculice tus opiniones. Que nadie silencie nunca tu voz, porque sin ella nuestro coro está incompleto. Tienes derecho a hablar, a expresarte y a ser escuchada, a tener opiniones propias aunque al otro le resulten incómodas.  No toleres que te insulte, ni que te falte al respeto, y desde luego, no consientas que te levante la mano. Ni siquiera una vez, ni aunque no llegue a pegarte, ni aunque esté pasando una mala racha. Ni aunque luego se disculpe. Si ese hombre te levanta la mano, aunque solo haga el gesto, ten por seguro que algún día, más temprano que tarde, ese puño caerá sobre ti.

Y apréndete de memoria las hermosas palabras de amor con las que se excusará por su comportamiento, porque vas a oírlas muchas veces. Las oirás después del primer insulto y después de la primera bofetada. Las oirás después del primer puñetazo, y también después de la primera paliza que te mande al hospital. Es probable que también las pronuncie cuando ya estés muerta, cuando tu cuerpo sin vida yazca en una calle de tu barrio.

No permitas que nadie decida cómo debes vestirte, o qué talla debes usar, o cuál debe ser tu peso. Si quiere jugar a las muñecas, que se compre una Barbie. Si un día te dice que esa falda es demasiado corta, al día siguiente te pones una más corta todavía.

Mantén vivas tus pasiones, tus gustos, tus aficiones. Si escuchabas jazz, escucha jazz. Si te gustaba el teatro, ve al teatro. Si amabas la poesía, lee poesía.

Cuídate. Sé feliz. Haz feliz a los que te rodean y permite que ellos te hagan feliz a ti. Porque ya lo escribió el poeta José Agustín Goytisolo:

Tu destino está en los demás 

tu futuro es tu propia vida 

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas 

que les ayude tu alegría 

tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate 

de lo que un día yo escribí 

pensando en ti 

como ahora pienso.

 

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