Quien quiera vivir el verdadero Carnaval que se acerque a la isla Trinidad

Muchos países en el mundo celebran el Carnaval pero en ninguno se alcanza el clímax que se vive en el de Trinidad que, como participante o espectador, es una experiencia inolvidable.

Trinidad, con 4.768 kilómetros cuadrados y cerca de un millón de habitantes, es la más grande y más poblada de las dos islas que, junto con números islotes, forman la nación de Trinidad y Tobago. La isla, a pesar de que se asienta sobre la plataforma continental de Sudamérica, a solo 11 kilómetros de la costa del noreste de Venezuela, se considera como la más sureña del Caribe y es, a su vez, la más grande de las Antillas.

En Trinidad hay materia para una aventura sin fin. La isla es una de las más ricas en biodiversidad de América. Trinidad es el hogar de las más diversas y espectaculares aves en el Caribe. La pequeña isla de Trinidad es un centro de actividad económica donde han establecido su base de operaciones numerosas multinacionales. Ningún país celebra un Carnaval tan impresionante como el de Trinidad, su fiesta nacional. Las aguas de Trinidad, alimentadas por la desembocadura del Orinoco, son un vivero de peces que alimentan el sueño de cualquier pescador deportivo. También es un lugar de compras, reuniones, convenciones y exposiciones.

Pero el rasgo más distintivo de Trinidad es el “steelpan”, el instrumento musical nacional de Trinidad y Tobago. Los “steelpans” son tambores de acero, instrumentos de percusión cromáticamente campales, que se tocan en conjunto con otros músicos formando una banda u orquesta, y sus intérpretes se llaman “pannists”. Aunque se organizan conciertos y desfiles de “steelpan” durante todo el año, es durante la temporada de Carnaval cuando los amantes de esta música se agolpan tras sus bandas favoritas que participan en sesiones son gratuitas y abiertas al público hasta altas horas de la madrugada.