Pulperías gallegas: un canto al pulpo 'á feira' en plato de madera

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Pulpo a feira.

No hay lugar en el mundo que tenga tanta afición gastronómica al pulpo como Galicia. En cualquiera de sus ciudades podemos encontrar varias pulperías, verdaderos templos del pulpo.

Pulperías gallegas: un canto al pulpo 'á feira' en plato de madera

En cualquiera de las ciudades gallegas, y en muchos pueblos, hay pulperías instaladas. Hace años esto no era así, el pulpo se degustaba en las pulperías ambulantes que recorrían las 4 provincias gallegas llevadas por varias generaciones de la misma familia, pasaban de padres a hijos, como Mambís y compañía. Entonces, alrededor de la carballeira, o de una campa donde se celebraba la romería, se instalaban las pulperías, con sus toldos blancos, sus bancos corridos y sus ollas para hervir el rico cefalópodo.

Las pulperías recorrían todos los pueblos de Galicia cuando celebraban su santo patrón, su romería alrededor de la iglesia, ermita o santuario, de feria en feria, de pueblo en pueblo, de romería en romería. En Galicia no hay romería que se precie en que no se instalen varias pulperías.

Recuerdo que de pequeño mi abuela o mis padres me llevaban a la iglesia o ermita cuando había una fiesta patronal o a una romería. No se me olvida cuando mi abuela me llevó en autobús a la Esclavitud, o en tren a Villagarcía, festividad de Santa Rita, mis padres al Apóstol en Compostela, a Herbón no San Benitiño, pero sobre todo a la Pascua. Entonces veía aquellas potas de cobre, humeantes, llenas de pulpos, con el color púrpura del agua del cocimiento, un color fantástico, evocador del excelente manjar que luego supone degustar el cefalópodo.

En Galicia hay varios pueblos que tiene ganada una buena fama de preparar el pulpo. A lo largo de las años, siglos, Carballiño adquirió esa fama después que los frailes del monasterio trajesen el pulpo y preparasen el mismo parecido a como se hace hoy día.

El monasterio de Oseira en el siglo XVII recibía de Marín pescados, compensación por los derechos de foro, en Marín había mucho pulpo y en años fue entregado a los monjes, estos decidieron secarlo y promocionar su consumo en el interior de Ourense, así nació la fama de Carballiño.

Diversas familias del pueblo llevan varias generaciones acudiendo de romería en romería por toda Galicia preparando el pulpo. En Carballiño se celebra desde 1964, el 2º domingo de agosto, la Internacional Festa do Pulpo.

La fiesta tiene ya 52 años de celebración, 90.000 personas acuden a degustar y ver como se cuece en más de 40 puestos con numerosas potas de cobre.

También tiene fama de buen pulpo Melide, Arzúa, Santiago (en la entrada por el Camino de Santiago, rúa Concheiros, hay varias pulperías) y A Coruña, con sus famosas Pulpería de Mellid, A Lanchiña, O´Fiuza, Pulpería de Lola, etc.

Muchos de los gallegos que viven lejos, una de las primeras cosas que hacen al llegar a la terriña es ir a la pulpería cercana, acompañado de sus parientes, y ordenar unas raciones de pulpo a feria. Los gallegos disfrutamos de la comida con la familia.

En Padrón recuerdan como C.J.Cela, cada vez que llegaba a su villa natal se acercaba a la Pulpería Rial, para dar cuenta de su ración en su mesa reservada. Las pulperías son mitad bares, mitad casa de comidas con la particularidad de que sólo cocinan pulpo a feira, con o sin cachelos.  

Actualmente comer pulpo también se ha extendido por toda España, podemos degustarlo a feira o en vinagreta en muchos mesones, centros gallegos, restaurantes gallegos.

El producto

El pulpo es un molusco sin concha, pertenece a la familia de los cefalópodos. Su nombre latino es “Octopus vulgaris”, octopus por sus ocho pies, uno de ellos es el brazo del amor, lo utiliza para fecundar a la hembra de su especie.

La hembra una vez fecundada, pone un racimo de 150.000 huevas colgado en su cueva, se pone delante, no come,  y defiende los huevos de los depredadores.

El pulpo es un animal carnívoro, se alimenta de pequeños peces, de crustáceos y de algas, así produce una carne muy sabrosa. Es un animal de gran cabeza, 3 corazones y sangre azul, construye su zona defensiva con conchas, si se ve amenazado por un ser grande, se esconde después de soltar una tinta negra.

El pulpo es muy inteligente, desafía a cualquier pez hasta de superior tamaño que el suyo, pero es capaz de mimetizarse con los colores de su hábitat y así escapa de sus acechantes.

La receta
El pulpo fresco, recién pescado, está durísimo, antes de prepararlo antiguamente se le mazaba, luego se ponía a secar en alambres para eliminar el agua, quedaba reducido a unas largas tiras secas, le permitía aguantar largas temporadas sin estropearse, luego al meterse en el agua recuperaba su aspecto.
Actualmente, el comprado fresco en la plaza,  basta con tenerlo congelado alrededor de dos meses, así ya puede ser preparado, sin mazarlo, ni puesto a secar. También se puede comprar en el supermercado ya congelado dos meses para que esté tierno.
Lo mejor para cocerlo sería utilizar una olla de cobre, se la llena de agua y se le deja reposar para eliminar el cloro. Se añade sal en abundancia y se pone a hervir el agua.
Cuando está hirviendo hay que asustar el pulpo. Se trata de meterlo y sacarlo durante tres veces de la pota. Asustarlo es importante para que la piel esté firme. Se deja entonces el pulpo cociendo durante 20 minutos. Luego se baja el fuego y se deja reposar en su agua purpura otros 20 minutos.
Entonces ya se puede sacar e inmediatamente ir troceándolo, un centímetro de grosor, sobre un plato de madera. Se añade entonces primero la sal gorda, luego una mezcla de pimentón entre dulce y picante y por último el aceite de oliva virgen.
El plato de madera se lleva rápidamente a la mesa para que no se enfríe, se come con palillos.

 

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