¿Los ojos verdes del criminal Jeremy Meeks o los dedos de los pies de Mujica?

Mujica.
El presidente de Uruguay, Jose Mujica.

Existe un fenómeno psicológico denominado “efecto halo” que consiste en atribuir inconscientemente rasgos positivos de carácter a las personas agraciadas físicamente.

¿Los ojos verdes del criminal Jeremy Meeks o los dedos de los pies de Mujica?

Existe un fenómeno psicológico denominado “efecto halo” que consiste en atribuir inconscientemente rasgos positivos de carácter a las personas agraciadas físicamente. Como ha ocurrido con Jeremy Meeks.

Durante estas últimas semanas han circulado por las redes sociales dos fotografías que de tan antagónicas, se tocan. La primera es la del presidente de Uruguay, José Mujica, con aspecto cansado, vestido de modo informal y calzando unas modestas sandalias. Se ha afirmado que Mujica, que en dicha imagen aparece cabizbajo y sentado en una silla, estaba esperando para ser atendido en la Seguridad Social, lo cual, finalmente, se ha sabido que no era cierto. En realidad, estaba en la ceremonia de nombramiento del nuevo ministro de Economía, pero esa es otra historia. El caso es que dicha imagen ha sido duramente criticada por sus detractores que no admiten semejantes salidas de tono del presidente, sobre todo en determinados actos.

La segunda fotografía es la de Jeremy Meeks, un tipo escandalosamente guapo que ha roto todos los contadores del Facebook y Twitter debido a su estética imponente. Al parecer, el adonis en cuestión es un criminal que ha sido detenido en EE UU por posesión ilegal de armas y pertenencia a banda armada. Por si esto fuera poco, el preso arrastra más de once cargos a su espalda, entre ellos robo y asalto a un menor. Sin embargo, su ficha policial parece sacada de un catálogo de Armani y tal es la locura desatada que hasta su recién inaugurado club de fans ha montado un crowdfunding para pagar su fianza. Es posible que cuando salga de la cárcel tampoco le falte trabajo pues varias agencias de modelos ya se lo están rifando.

Existe un fenómeno denominado “efecto halo” el cual consiste en atribuir inconscientemente rasgos positivos de carácter a las personas agraciadas físicamente. Es decir, que el tal Jeremy, por el hecho de ser guapo, ha sido percibido como un ángel en la tierra cargado de bondad y buenas intenciones, cuando, en realidad, esa seductora máscara esconde los actos más viles. De ahí su salto a la fama y la gloria que le queda por venir.

A mí, qué quieren que les diga, me sigue seduciendo Mujica y sus uñas cargadas de hongos asomando por el hueco de las sandalias. Esas que consiguen que la humildad del mandatario brille todavía con más intensidad.

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