¿Por qué no podemos conocer con mayor antelación las plazas convocadas en las oposiciones?

Oposiciones de secundaria en 2015.
Oposiciones de secundaria en 2015.

Es realmente desesperante pasar los días estudiando para unos futuros exámenes que no sabes cuando van a ser, si dentro de un año, de dos o de tres; y si hablamos de oposiciones autonómicas, el plazo se puede alargar.

¿Por qué no podemos conocer con mayor antelación las plazas convocadas en las oposiciones?

Cuando tomamos la decisión de estudiar una oposición quizás pensamos que ya lo peor está hecho. Teníamos varias opciones en mente y después de analizar sus pros y sus contras nos decantamos por una. Es posible que no estemos del todo seguros, pero es normal, ya que siempre nos invaden las dudas de si habremos escogido lo correcto; o puede que sí tengamos claro lo que queremos hacer. Sea como sea, en el proceso opositor nos queda mucho tiempo para que nos surjan las dudas, los miedos y las inseguridades. Es muy complicado tener en todo momento la fuerza necesaria para no derrumbarnos, ya sea por el cansancio físico o moral.

Por si ya fuera poca la presión que un opositor tiene que soportar por infinidad de motivos que le rodean en esta etapa, como el mero hecho de estar demasiadas horas estudiando, la incertidumbre de no saber que pasará cuando haga los exámenes o el cansancio acumulado de días y días interminables de estudio; le sumamos la incerteza de las convocatorias. Es realmente desesperante pensar que mientras pasas los días estudiando para unos futuros exámenes, no sabes cuando van a ser, si dentro de un año, de dos o de tres; y si hablamos de oposiciones autonómicas, el plazo se puede alargar.

Es la necesidad de poder pensar cómo organizar el tiempo y qué posibilidades tendré de que se convoquen plazas en aquello a lo que quiero dedicar mi vida profesional.

Es difícil de comprender que los responsables del empleo público no puedan tener una poca de consideración con todos aquellos que están dedicando muchas horas de su vida a memorizar los correspondientes temas sin tener, en la mayoría de los casos, ni la menor idea de cuantas plazas y en qué fecha se convocarán. No puede ser tan complicado hacer una estimación del personal que se requiere en cada área, con independencia de las posibles alteraciones que puedan surgir por cambios inesperados e imprevisibles. No es justo que muchas veces haya que esperar a que se aproxime la fecha de las elecciones, sean autonómicas o generales, para que el gobierno de turno decida aumentar la oferta de empleo público. ¿Por qué les cuesta tanto ponerse por un sólo momento en la piel de los opositores, y darse cuenta que necesitan algo a qué aferrarse?

No es un simple capricho, ni ganas de protestar, ni querer excusarse en ello para decir que las oposiciones son complicadas; es la necesidad de poder pensar cómo organizar el tiempo y qué posibilidades tendré de que se convoquen plazas en aquello a lo que quiero dedicar mi vida profesional. Aunque desde un punto de vista externo pueda parecer poco importante, la anticipación con la que conozcamos las ofertas de empleo público, es realmente una información muy valiosa que puede hacer cambiar las perspectivas de los opositores. Es tan significativo que muchas veces podemos encontrarnos en la situación de estar preparando una oposición para la que se reducen considerablemente el número de plazas o dejan de ofertarse durante un determinado período de tiempo, y nos tenemos que plantear si seguimos con ella, o nos cambiamos a otra. Todo ello agota, debilita y desgasta a las personas. Simplemente con unas previsiones aproximadas, basadas en la necesidad efectiva y en los planes de empleo público que se prevean llevar a cabo, podrían hacer un poquito más fácil la vida del opositor.

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