Los científicos son fundamentales para que España recupere la senda del progreso

Para denunciar una realidad y hacernos reflexionar sobre lo que no está bien y por este camino va a peor, el colectivo Carta abierta por la ciencia sale de nuevo a la calle. ¿Qué apoyo estamos dispuestos a darle?

Son de una pasta especial y merecen nuestro apoyo. Cuando Antón tenía 21 años, en 3º de ICAI, una ingeniería de las catalogadas “dificilillas” me comentó: "Me he equivocado, soy consciente de que como ingeniero ganaría más dinero, pero lo que me gusta es la física, pero no te preocupes porque voy a acabar Industriales". Dicho y hecho.

Estaba claro cuál era su vocación, cuando en su primer año  fueron varias las matrículas de honor, disfrutaba de las clases... Hoy, con 26 años, se prepara para terminar Fisicas,  después de más de un año trabajando en un proyecto de investigación en ARTEC y quizás también para un largo adiós al país que le vio nacer y que le formó. La Física  y la Ciencia son  para él mucho más que una profesión para el futuro. En días pasados, esto es lo que comentaba en su cuenta de Facebook:

- Comprender la física de partículas es como estar leyendo una novela de fantasía y darse cuenta a la vez de que no solo tu formas parte de esa historia, sino que esa “fantasía” constituye el diseño fundamental del universo, el germen a partir del cual la realidad que percibimos emerge y se despliega en toda su complejidad. Dedicarse a ella es asumir el papel de escritor/narrador de esa historia, cuyo final, si es que existe, promete ser más sorprendente de lo que nadie pueda imaginar…

Y eso, ni más ni menos, es lo que se hace en el CERN… Probablemente no hayan entendido casi nada como yo… como tampoco entiendo como puedo hablar y ver a través de un aparatejo de apenas 100 grs.  el otro extremo del planeta y, sin embargo, lo disfruto.  Los adelantos de mañana tienen su origen en el apoyo que les demos hoy.

La ventaja de nuestros estudiantes es que hay un mundo que les acoge, mientras en España le damos patadas. En días pasados,  un profesor invitado de una universidad americana en la Complutense de Madrid les dio una charla a los del último curso,  haciéndoles ver que en los EE UU solo dos cursos eran de especialización, y que los españoles con los cuatro  tenían muy buen nivel y lo tenían muy fácil... ¿Casualidad o anzuelo para nuestros jóvenes científicos?

Necesitamos como el agua una política inteligente de I+D+i, lejos de los criterios funcionariales y cortoplacistas, por la que se rige la raquítica política actual y necesitamos dinero para ello. ¿Cómo conseguirlo? El dinero es fácil. Supongan ustedes que a cada entrada de fútbol o grandes espectáculos  se le recarga 80 céntimos de euro para investigación ¿Alguien sabe cuántos millones tendríamos para nuestros científicos? ¿Y las multas? Porque no revertir los se supone actos que perjudican a la sociedad en un beneficio para la misma? En cuanto a la dirección del programa, la impresión de los ciudadanos de a pie es que está como casi todo en este país, hecho unos zorros. Y si no basta ver los papelones de las “comisiones de expertos”  a los que referí en mi último articulo, que más bien parecen de bedeles -con todo respeto para los bedeles- pero una mezcolanza entre jóvenes científicos y científicos senior tanto españoles como extranjeros podrían diseñar un programa ilusionante y realista.

La ciencia es una historia apasionante y si no vean como jóvenes como Elon Musk así lo entienden y trazan nuestro mas brillante futuro; su sueño es construir una  ciudad en Marte, de momento ya construye en SpaceX cohetes reciclables  y  nos tiene en vilo con su nuevo desafío.

¿Queremos disfrutar de las migajas o estamos dispuestos a formar parte de los avances? Esa es la decisión. Necesitamos nuevos periodistas que nos aproximen la magia, la aventura y la belleza que envuelve a la ciencia y los de a pié tenemos que apoyar a nuestros científicos, interesándonos por sus vidas, sus problemas y sus esfuerzos. Son nuestro más espléndido futuro,  y es nuestra responsabilidad que los mediocres y  los fatuos no lo hundan.