Las marcas comerciales van por delante de los políticos a la hora de motivar a la gente

Campofrío, Coca Cola, Gadis, Balay o Lidl están intentado marcar una línea roja para contagiar al telespectador de una especie de “hasta aquí hemos llegado”.
Las marcas comerciales van por delante de los políticos a la hora de motivar a la gente

ColoursSe abre paso la idea de gestionar el estado de ánimo social para salir de esta Camdiluv ♥ vía Compfight

No es nada nuevo el hecho de que sólo podremos salir de esta situación en la que encontramos económica, social y anímicamente, si atisbamos una mínima esperanza. (RAE. Esperanza: “estado de ánimo según el cual se nos presenta como lo posible lo que deseamos”).

Hace ya unos meses publiqué en Facebook que no entendía cómo nuestros gobernantes no eran conscientes -o sí- de esto que parece fácil de entender. Si el ciudadano no atisba que hay salida, no luchará por salir, porque se perderá, se bloqueará y difícilmente entenderá que luchando lo conseguirá. Y que la política de comunicación que estaban y están llevando a cabo, sólo conseguirá meter en el 'hoyo' de la desesperanza a más de uno.

Entiendo que cuando Rajoy dice que 2013 lo “pasaremos mal” y cuando anuncia sin más los “nuevos y duros recortes que lamentablemente vamos a tener que sufrir”, sólo se puede deber a dos motivos: o bien que nadie le pueda achacar que no lo advirtió, algo que ha visto cómo después de un año de abandonar La Moncloa sigue haciendo mucho daño a Zapatero y al equipo que le rodeaba; o bien, que las expectativas que quieran generar sean tan bajas, que cualquier atisbo de luz se perciba como buena noticia.

Si estuviéramos jugando a la lotería, la segunda opción, no sería mala. Al final siempre nos conformamos con el reintegro y con “lo bien repartido que ha quedado el premio”. Pero resulta que hablamos de personas. De gente que tiene que abandonar sus casas, de los que tienen que ir con un tupper para dar de comer a su hijo, de hospitales sin médicos, de retrasos en las listas de espera sanitarias, de una educación sin educadores que tengan tiempo a hablar y atender a los niños porque con ellos pasan 7 horas al día, de abuelos desesperados porque tienen que darle de comer a sus nietos...

En definitiva, estamos hablando de emociones y de la vida. Por tanto, les pediría que, al igual que gestionan la privatización de la sanidad, dediquen un poco de tiempo a gestionar el estado de ánimo de los que no saben qué va a pasar mañana. El Estado ha de proteger la dignidad de la gente y debemos exigirle al menos eso.

Las marcas, mucho más hábiles que los políticos, habitualmente porque sus directivos no suelen tener un sueldo si no venden, ya se han dado cuenta de esto, y si nos sentamos delante del televisor 10 minutos, veremos como Campofrío, Coca Cola, Gadis, Balay o Lidl, están intentado marcar una línea roja para contagiar al telespectador de una especie de “hasta aquí hemos llegado”. Porque eso es lo que haremos, estoy convencida de que todos los emprendedores que descubro cada día a mi alrededor saldrán adelante. Con sudor, probablemente sí, pero adelante; con otro planteamiento, viajes, mucha formación, mucha información y muchas horas. Pero esta es la nueva vida que nos toca vivir. Y así lo haremos.

No creo en las generaciones perdidas. Levantaremos el vuelo una vez más porque hay luz al final del túnel. “Todo parece imposible hasta que se hace”. Nelson Mandela dixit.

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