Valiente historia de una estudiante mexicana de 100 años que sacó un título

Me imagino lo que le habrá costado asimilar algunos contenidos, pero también adivino la emoción que debe haber sentido al ir abriendo puertas y entrar en mundos nuevos llenando de experiencias su intelecto.
Valiente historia de una estudiante mexicana de 100 años que sacó un título

Manuela Hernández con su título de Primaria

Hay una mujer de 100 años que vive en Oaxaca (México) y que acaba de sacarse el certificado escolar de Primaria. Dice que lo ha hecho para ser menos ignorante porque la educación nos civiliza y porque la vida no le permitió hacerlo antes. En la foto, aparece sentada en su silla de ruedas y amarrada a su recién estrenado título como si fuera el último madero que quedase en el océano. Es la satisfacción de haber realizado las cosas al derecho aunque algunos seguro consideren que haya sido un poco más tarde de lo normal.

Me imagino lo que le habrá costado a esta anciana comprender y asimilar algunos contenidos y materias complicadas, pero también adivino la emoción que debe haber sentido al ir abriendo puertas y entrar en mundos nuevos llenando de experiencias su intelecto. La noticia me ha recordado a mi abuela Palmira, una mujer de aldea sin estudios, que una vez alguien le enseñó a leer y que, hasta el día de su muerte, con 96 años, se internaba cada mañana en las páginas del periódico como el buceador se pierde en las profundidades del mar. Comenzaba a primera hora en la primera página, con la ayuda del dedo índice que le servía de guía, y terminaba horas después emergiendo de la contraportada con el rostro transformado por el conocimiento.

Pero volviendo a Manuela, que así se llama nuestra intrépida estudiante mexicana, resulta que ahora quiere seguir en la brecha y desea intentarlo con la secundaria. Sacarse este otro título sería para ella el no va más, un logro parecido a subir al Everest sin bombona de oxígeno, una aventura alucinante repleta de riesgos que serían evitados por su pasión por cultivarse. Por lo visto, sus nietos la apoyan y yo, desde aquí, también porque estas son las mujeres valientes y ejemplares de las que yo quiero aprender.

Comentarios