La Defensa de A Coruña y la gesta de María Pita en Londres y Manchester

Gorrochategui
Luis Gorrochategui en el Cervantes.

Luis Gorrochategui lleva hasta tierras británicas el relato y la investigación sobre la Defensa de A Coruña y el papel de las mujeres coruñesas ante el ataque británico de la Contra Armada en 1558. Su gran actuación contribuiría al mantenimiento del imperio español en América hasta el siglo XVIII.

La Defensa de A Coruña y la gesta de María Pita en Londres y Manchester

El Instituto Cervantes, en sus sedes de Londres y Manchester, presentó la versión en inglés de la obra "La Contra Armada. La mayor catástrofe naval de la historia de Inglaterra", de Luis Gorrochategui.

Luis Gorrochategui Santos (A Coruña, 1960) es graduado en Filosofía por la Universidad Central de Barcelona con decenas de publicaciones históricas. Fue presentado por el profesor Peter Gold, catedrático emérito y ex director de Estudios de Área de la Universidad del Oeste de Inglaterra, Bristol, autor de Gibraltar: British or Spanish? (2005) y  también el traductor al inglés del libro de Gorrochategui.

Partiendo de la figura de María Pita, una heroína popular en la intrahistoria coruñesa, pero desconocida más allá de Galicia, el autor en un riguroso trabajo de investigación demuestra que la hegemonía de España en los siglos XVI a XVIII  se jugó en las costas gallegas. Un capítulo apasionante y desconocido que adquiere especial interés para los amantes de la Historia de Galicia, ya que lo que se pensaba fue un ataque pirático a A Coruña, no fue tal, sino una poderosa expedición británica –La Contra Armada– enviada tan solo meses después del desastre naval de la Armada española en aguas británicas en 1588.

M.Pita

María Pita.

La gran defensa de A Coruña

En el libro del autor coruñés va desgranando con rigor y amenidad los acontecimientos. Los ingleses pensaban que sería fácil saquear A Coruña que suponían desprevenida, estaba en el camino a Lisboa, que era su destino, y además era muy emblemática en el contexto, ya que estaba vinculada a la Armada invencible. Pero Felipe II había fortalecido la costa atlántica española –los dos puertos más importantes de Galicia eran en A Coruña y Bayona– y había construido a contrarreloj el Castillo de San Antón con plataforma artillera de largo alcance que protegía la ciudad. También había reforzado la muralla medieval  y había  500 soldados españoles de infantería  para repeler ataques. Además, era una ciudad de realengo con milicias entrenadas, de medio millar de hombres que se unieron a la defensa. Total, 1.200 hombres, bien pertrechados con armas de guerra, pólvora munición, arcabuces, mosquetes...

Los ingleses fueron  avistados desde Estaca de Bares, el 4 de mayo y se dio la alarma con una  hoguera en la Torre de Hércules. Imparables, penetran en la ría indefendible por su anchura, todavía no estaba el Castillo de Santa Cruz que sí hubiera cerrrado. El Castillo de San Antón golpea a algunos barcos y tienen que fondear en la playa de Oza, e inician el desembarco de miles de hombres que toman tierra hasta A Coruña. Sitian por tierra la ciudad y los galeones intentan tomar San Antón. Esa noche Cerralbo, gobernador de Galicia, ordena a las compañías betanceiras que refuercen la guarnición y entran por Riazor. 

Los ingleses se atrincheran cerca del muro del istmo y atacan por tierra y a la vez por mar la ciudad con lanchones desde la flota al amparo de la noche  y millar y medio de ingleses atacan por la espalda a los españoles. Es la Noche Triste de A Coruña y la población se refugia en la ciudad alta o la zona de la Torre de Hércules, se lanzan al mar, hay escaramuzas muy sangrientas y se hacen muchos prisioneros.

Aquí entran en juego dos millones de litros de vino del país que se almacenaban para el avituallamiento de las tropas para ulteriores expediciones... y se los beben, más de cien litros por cabeza –mal endémico del ejército inglés–. La borrachera y la resaca subsiguiente ayuda a los coruñeses, porque lleva a la muerte a muchos ingleses, que perecen por tiros desde la muralla o a manos  la población. Los señores feudales gallegos con sus vasallos se sitúan en A Zapateira y en O Burgo.

La tropa sitiada funcionará como un tercio intercalando profesionales y civiles combinando el rigor militar de unos con el ardor por la supervivencia del resto. Los hombres se quedan clavados en la muralla y son abastecidos por las mujeres que además mantienen todas la necesidades logísticas de la población.

Los ingleses construyen un túnel bajo la muralla para derrumbarla. Los españoles lo saben  y  las mujeres desmontan casas intramuros para conseguir piedras y terraplenar la zona minada, y consiguen que la muralla medieval se convierta en un gigante parapeto en la que se puede colocar artillería, a modo de presa de piedras. El 14 de mayo, la mina está terminada, y por la tarde los ingleses vuelan la muralla. Pensaron que al volarla se desplomaría al interior y mataría a los sitiados, pero no se esperan el terraplén. Los gases de la explosión fueron hacia los propios atacantes y centenas de ingleses perecieron.

En los avatares del ataque y asedio, las mujeres no habían entrado en combate, pero se vieron obligadas a hacerlo y unas mil entran en combate con petos, picas, espadas de sus maridos muertos o heridos, tiran piedras a las cabezas de los asaltantes. Todo esto está recogido en documentos ingleses ... Desde 7 metros de alto  las pedradas por energía cinética se convierten en proyectiles. Muchas murieron, y ahí destacan Inés de Ben y doña María Mayor Fernández de la Cámara y Pita –María Pita–  que mató al único alférez inglés que entró a través de la brecha en la muralla y lo despeña. 

El brillante plan, orquestado por Isabel I de Inglaterra, que quiso aprovechar la derrota de la Invencible y con 200 navíos aniquilar definitivamente el Imperio español, paralizar la unión de los territorios dominados por la monarquía Ibérica, y adueñarse de los tesoros de la flota de Indias fracasó por el shock recibido en  A Coruña, que les hizo llegar a Portugal tocados y desmoralizados.

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Portada del libro.

La fallida captura de A Coruña y en las costas portuguesas no solo no logró la decadencia española, sino que procuró a la Monarquía hispánica la tranquilidad necesaria para la conservación de su imperio transoceánico, el primero de la historia de tal naturaleza y extensión, durante tres siglos más, hasta 1898", afirma en su libro Gorrochategui.

"La Contra Armada. La mayor catástrofe naval de la historia de Inglaterra" demuestra que esta invasión británica fue mermada y desmoralizada en el golfo Ártabro, y que la gesta de María Pita y de mil aguerridas mujeres gallegas no sólo significó una valiente acción puntual contra el ataque pirático de Drake, como siempre se había pensado, sino que jugó un papel clave en la desintegración de la marina británica de entonces, y protagonizado un importante episodio en la cadena de acontecimientos más apasionantes de la Historia de los enfrentamientos navales de la Historia Moderna Europea.

El famoso pirata Sir Francis Drake, uno de los favoritos de la reina inglesa, perdió toda su influencia y prestigio con sus sucesivas derrotas en A Coruña, Cangas y Vigo, antes del desastre final ante Lisboa. La resistencia de María Pita, añade el libro "simboliza mejor que nada que ningún cálculo militar puede prever nunca el heroísmo de un pueblo. Los coruñeses, y el resto de los gallegos, lucharon por evitar perder su vida y sus sueños, pero juntos, con su valentía y sacrificio en la primera línea de batalla, lograron salvar la hispanidad". Y Gorrochategui ha ido nada más y nada menos que a contarlo –y a publicarlo– en la otrora llamada "la pérfida Albión". @mundiario

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