La hoja biónica podría alimentar a miles a través de la agricultura

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Comparación de los rábanos normales (izquierda) y los rábanos que crecieron a través de la hoja biónica (derecha). / Universidad de Harvard.

Los científicos pertenecientes a la Universidad de Harvard han logrado cultivar vegetales 150% más grandes, gracias a un fertilizante especial que combina bacterias, luz solar, agua y aire.

La hoja biónica podría alimentar a miles a través de la agricultura

Los investigadores de la Universidad de Harvard de los Estados Unidos, presentaron en la reunión anual de la Sociedad Americana de Química, un fertilizante especial que combina distintas bacterias, agua, luz solar y aire, que hicieron crecer a unos rábanos hasta 150% más que los vegetales comunes. Su invento lo han llamado hoja biónica y prometen revolucionar el campo de la agricultura.

Con el fertilizante, los científicos hicieron abono en donde fueron sembradas las semillas, los resultados, los sorprendió y les da esperanzas para abrir una nueva era agrícola que cambie por completo la forma en que los humanos se alimentan. El nuevo invento puede servir para poder solventar grandes problemas alimenticios que se aproximan, ya que según la ONU, para el 2050 habrán 2.000 millones de personas en todo el mundo y las mayores poblaciones estarán en los países más pobres que no tendrán como solventar la demanda alimenticia de sus habitantes.

Las superpoblaciones son un problema real que afectará a todas las naciones por igual. Crear nuevos métodos para extender los campos alimenticios son bien recibidos aunque existen ciertas reservas antes de probarlos. Hay que recordar que la primera revolución agrícola llegó en 1960, con la creación de múltiples fertilizantes para el arroz y el trigo; sin embargo, a pesar de asegurar la alimentación, los nuevos productos causaron daños ambientales muy graves.

El ingenio científico

Los investigadores de Harvard, se inspiraron en la hoja artificial, que utiliza la luz solar para imitar a una hoja natural a través de la división del oxígeno y el hidrógeno. De allí partieron los científicos, y crearon su hoja biónica, en la cual juntan un catalizador que divide al agua con la bacteria Ralstonia eutropha, que consume hidrógeno y extrae el dióxido de carbono del aire para hacer combustible líquido. De esta manera pudieron asegurar el primer paso, que era crear el combustible líquido que sería similar a la fotosíntesis natural.

Daniel Nocera, responsable del estudio, explicó que lo importante era demostrar que era posible crear una plataforma química renovable. Para la siguiente fase, el investigador diseñó un sistema en el que la bacteria Xanthobacter fija el hidrógeno en base a una hoja artificial y el dióxido de carbono que despide la atmósfera para luego hacer un bioplástico que las bacterias almacenan en sí mismas como un combustible.

Ahora que las bacterias cuentan con un ‘refuerzo’, son colocadas en el suelo y pasan a tomar el nitrógeno del aire y el bioplástico almacenado para crear amoníaco y poder fertilizar el suelo en donde están los cultivos. Su experimento hizo crecer hasta cinco cultivos de rábanos, en donde todos los vegetales pesaron 150% más que un rábano normal. El siguiente paso para los investigadores, es simplificar su creación para poder asegurarse de que en otros lugares del mundo, como en África o en India, los agricultores puedan utilizar su hoja biónica.

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