¿El fin del macho?

Dibujo de Marilena Nardi - Prisionera
Dibujo de Marilena Nardi - Prisionera

“Hoy en día se cree que la ausencia del gen SRY es lo que hace que el individuo nazca mujer. Por tanto, el individuo macho es, en esencia, una hembra que posee un gen que, al activarse, produce cambios en su metabolismo y lo transforma en varón” (2) (3).

“No se conocen más que 74 especies de vertebrados sobre 42.300 especies conocidas. Este 0.2% de asexuales pertenece a una variante de un modo sexual llamado parto génesis, por el cual las hembras se clonan sin tener que recurrir a los machos” (1).

La literatura del fin de nuestra actividad principal, la procreación y de la subsidiaria: la dominación es abundante. Como somos –los machos- tan primarios siempre estamos atentos a lo que sale por ese extremo del musculo.

Las cifras nos corrigen y aproximan al abismo. Para ello utilizaremos un estudio sobre varones asturianos que nos dice: “En marzo de 1989, cada asturiano tenía una media de 80 millones de espermatozoides por centímetro cúbico, el 37% de sus formas eran normales. En enero del 2004, la cifra se reduce hasta 42 millones y sus formas correctas descienden hasta el 22%”.

El reloj biológico influye, pero es un aspecto. El rol en nuestra civilización no le va a la zaga. El creciente malestar femenino por su papel en la sociedad ha traído una mayor participación y una presencia en áreas fuera de la casa- maternidad-sexualidad. Lo que ha llevado a un agotamiento del rol masculino entendido en sentido clásico: “los hombres íbamos a la guerra cantando”, “nuestra vida valía lo que el Estado impusiera”, “la maquina productiva agotaba nuestro físico con jornadas de 10/12 horas”, “éramos capaces de hacer la revolución y ponernos frente a las barricadas y… las balas”.

Y al regresar –de todos nuestros avatares escogidos se sintetizaban en la punta del cañón personal, algo nos seguía confirmando lo que intuíamos “desde allí escapaba la perpetuación de la raza”

Pero el modelo no se aguanta. Hemos descubierto nuestras miserias masculinas y las mujeres, se han dotado de una personalidad propia: ser mejores y más libres.

“Hoy en día se cree que la ausencia del gen SRY es lo que hace que el individuo nazca mujer. Por tanto, el individuo macho es, en esencia, una hembra que posee un gen que, al activarse, produce cambios en su metabolismo y lo transforma en varón” (2) (3)

Con todos los respetos, no me veo una antigua hembra, pero si observo que la tradición nos coloca entre la espada y la pared: “el nombre del primer ser humano, origen de toda la humanidad, era Adán (en hebreo Adam significa hombre). Luego, dio origen a su compañera, Eva (en hebreo Javá, la que vive, la viviente). Según narra la Biblia, ella fue creada de una costilla de Adán (Génesis, 2-22).

Pero ¡siempre hay un matiz! El hombre dio su costilla a Eva, pero ella es “la que vive”. De nuevo aparece la mujer no como complemento, sino como contrapunto de libertad. Ellas nos acercarían al árbol de la serpiente. Con ellas entraremos en la sabiduría y/o en la historia.

Solo nos queda preguntarnos desde la ingeniería social. ¿Qué pasara cuando los hombres hayan dejado de ser machos?

Esta respuesta es más sencilla de lo que parece. Convivimos en una sociedad compuesta por: monos-humanos, en los cuales aún el macho posee una cierta virtualidad social. Entre otras causas, porque la reproducción aun depende de él. Pero el título del artículo plantea una nueva escala de la tecno biología, nacerán seres humanos sin esperma
masculino. Es decir si el esperma ya se podrá producir a través de células madre:

¿Para qué necesitaríamos un macho?


Notas

(1)El Mundo, Magazine pág. 43 6 sep. 2009

(2)(3) Mediante el análisis de las alteraciones estructurales del cromosoma Y fue posible, en la década de 1980, identificar al gen responsable de la diferenciación testicular. Fue así como se postuló que correspondía al gen ZFY (Zinc Finger Chromosome Y), codificante de una proteína reguladora de transcripción y localizado en el brazo corto del cromosoma Y. Sin embargo, el locus del verdadero gen responsable de la diferenciación testicular, sólo se identificó a finales del siglo XX, después de estudios complejos basados en análisis genéticos moleculares de secuencias de traslocación y detección, en pacientes 46XX y 46XY con inversión sexual 2,3. El locus propuesto estaba en Yp11.3, inmediatamente proximal a la región pseudoautosómica del brazo corto del cromosoma Y. Al gen se le denominó SRY (Región eterminante del Sexo en el Cromosoma Y). Ver fuente, o  también: “fabrican esperma con células madre, dieta para mejorar la calidad del semen”.

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