Si estás embarazada, escuchar música beneficiará a tu bebé

Las cifras de nacimiento en España se han reducido.
La música para los bebés ofrece múltiples beneficios.

Entonar canciones a los bebés, incluso antes de haber nacido, y escuchar música con ellos, además de producir cambios a nivel fisiológico como ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión, metabolismo, tono muscular, sistema inmunológico o actividad neuronal, desarrolla un fuerte vínculo afectivo, que estimula su  inteligencia emocional.

 

Si estás embarazada, escuchar música beneficiará a tu bebé

La influencia de la música sobre el ser humano se remonta a tiempos muy antiguos. Ya en la China de Confucio (500 a.C.) y en la Grecia clásica se reconocían las virtudes formativas de la música. Actualmente, y en las últimas décadas, la comunidad científica ha mostrado gran interés por investigar los efectos beneficiosos de la música, en especial, en los bebés. La música, sobre todo la música clásica, puede ayudar al bebé ya en el embarazo.

Desde las primeras semanas de gestación, un bebé es capaz de percibir las vibraciones sonoras. A partir del quinto mes de embarazo, ya puede escuchar los sonidos que provienen del cuerpo de la madre, así como su voz y las voces de los que se encuentran cerca, y también los sonidos del ambiente, la música rítmica lo calma y la estridente, lo excita, siente, escucha y aprende. Y en el último trimestre, es capaz de recordar sonidos y de reaccionar ante estímulos. Por ello, la estimulación prenatal es fundamental para su progresivo desarrollo.

La voz de la madre y la música que a ella le agrada le estimulan y le transmiten bienestar. Compartir la música favorece una relación íntima, que fortalece los lazos afectivos entre madre e hijo, potencia la sensibilidad del niño y desarrolla su sistema nervioso, favoreciendo su desarrollo afectivo, cognitivo, sensorial, motor y social.

Asimismo, a nivel psicológico, despierta, estimula y desarrolla emociones y sentimientos que pueden modificar el estado de ánimo del oyente y promoverle a la reflexión, además de fomentar el autocontrol. Intelectualmente, la música favorece la capacidad de atención y concentración, incrementando así su rendimiento en el trabajo; estimula la memoria, el análisis, la síntesis y el razonamiento, y por lo tanto, el aprendizaje; consigue una mayor precisión para percibir y abstraer estímulos visuales y auditivos, desarrolla el sentido del orden y facilita la creatividad. 

También supone una preparación preverbal, con lo que los niños comenzarán a hablar antes y acelerarán el aprendizaje de idiomas. Su aptitud musical y su coordinación motriz se desarrollan muchísimo y aprenden a disfrutar con la música. La música también se utiliza como terapia de distintas dolencias (ansiedad, estrés, alteraciones del sueño, autismo, etc.).

El objetivo principal de la estimulación musical no es crear músicos profesionales, aunque puede llegar el caso. Lo que se pretende es que el niño ame y viva la música, y que esta contribuya a su educación global.

 Los bebés todavía en el vientre de la madre y los recién nacidos no necesitan una música especialmente compuesta para ellos. No se les debe limitar a escuchar exclusivamente canciones de cuna, porque también tienen capacidad para disfrutar y recordar música clásica. Escuchar distintos tipos de música, les ayudará a aprenderla, a reconocerla y a disfrutarla.

En general, se recomiendan canciones de letras sencillas que insinúen contacto físico, canciones de animales que incluyan onomatopeyas, canciones de balanceo, bailes sencillos y audiciones de música clásica de fácil estructura y de corta duración.

Normalmente, los padres son los primeros educadores musicales del niño (después y como norma general confiarán su educación musical a las escuelas de música con profesores especializados) y por ello los lazos afectivos que se establezcan entre ellos condicionarán el tipo de música con la que disfrute el pequeño. Tan válida es una nana, como la música de Mendelssohn o Vivaldi. Si los padres disfrutan con un tema, el niño se sentirá a gusto, porque asociará la melodía con un ambiente de cariño.

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