Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo

Recuerdo con especial nitidez aquel primer contacto con el autismo en mi carrera profesional y humana como psicóloga. Aún no lo sabía, pero estaba conociendo a una de las muchas personas especiales que vería a lo largo de estos años. Son especiales porque transmiten sus emociones de forma distinta, procesan las señales sociales y emocionales con códigos diferentes.

Son esas personas que se sienten bien con una rutina muy marcada, e incómodas con cualquier cambio por insignificante que nos parezca.

Personas que no sonríen en el momento que deben hacerlo, o no muestran expresiones emocionales adaptadas al momento. Normalmente evitan el contacto y no muestran cariño como comúnmente acostumbramos demostrarlo la mayoría. Pero es un grave error pensar que por ello no sienten o no quieren. Todo lo contrario, se trata de personas muy sensibles y con especial afecto por sus seres queridos.

Aquellas personas que desde la infancia precisan una educación con especial atención y adaptada a cada caso para poder aprovechar todo el potencial que llevan dentro y alejarse de la temida frustración que les supone el fracaso.

Son personas hasta ahora incomprendidas por nuestra sociedad, con un mundo interior desconocido

Son personas hasta ahora incomprendidas por nuestra sociedad, con un mundo interior desconocido, pero el cual es maravilloso lograr a adentrarse en él.

Personas inexpresivas externamente pero a la vez muy sensibles.

Personas maravillosas con las que podemos aprender nuevas formas de comunicación y códigos sociales distintos a los comunes.

Personas con un amplio espectro de variabilidad infinita. Cada caso es diferente y debe ser tratado y adaptado a todos los niveles.

Personas que precisan ser recurrentes en ciertas temáticas que le interesen. En ocasiones podemos estar ante casos de mentes privilegiadas en ciertas áreas, sobre todo en casos Asperger, de los cuales la historia se hace eco de la rumorología que decantaba a Einstein o Newton entre otros como casos TEA.

Mentes disciplinadas que se suelen ceñir a la literalidad, huyendo de los dobles sentidos.

Pero sobre todo, personas que deben sentirse orgullosas de sí mismas, y valorar el carácter especial de su condición. Personas que debemos intentar comprender, adaptarnos y sobre todo respetar su forma de procesar información, emociones y de externalizarlas.

Ante todo: son personas, y por ello precisan los mismos derechos e igualdad de condiciones y recursos que el resto para poder lograr cubrir las necesidades básicas de la vida diaria y alcanzar el bienestar psicológico.

Muy importante el mundo de la educación y la inversión que los gobiernos deben hacer ante las adaptaciones curriculares e inclusión de estas personas. Cabe destacar que el futuro de las mismas depende de una educación adaptada. Su frustración al fracaso es altamente significativa y deriva en un malestar psicológico que daña su felicidad y su potencial escolar y en el futuro laboral.

Seguiré conociendo el apasionante mundo interior de las personas con TEA, pero deseo que el Mundo exterior cambie y se adapte cada vez más a las diferentes particularidades para hacer un mundo más cómodo y feliz. Queda mucho camino por recorrer y está en manos de los gobiernos el poder cambiarlo. @mundiario