Cuando hablamos de los excesos alcohólicos de los menores, ¿dónde están los padres?

Deplorable suceso el de la niña de doce años fallecida por un coma etílico. Lamentos por doquier, minuto de silencio, aplausos ante el féretro y manifestaciones compungidas repetidas en sucesos parecidos,  no digo iguales, porque los doce años ponen los pelos de punta.

Tras la aflicción,  la búsqueda de culpables. Unos dicen que la policía conoce estas reuniones callejeras, habituales, periódicas, perfectamente localizadas y multitudinarias, y no toman ninguna medida.

Los hay que ponen el acento en los establecimientos vendedores, que incumplen la norma de vender alcohol a los menores de 16 años sin hacer las obligadas comprobaciones. Siempre hay  quien sabía, “porque lo he visto yo”, que los menores utilizan a algún colega de más edad, para hacer estas compras.

Otros hacen hincapié en que los chicos más débiles de carácter se ven sometidos  a las chanzas de  la pandilla cuando, incitados por el grupo, se niegan a seguir bebiendo y, para no sentirse fuera de onda, claudican.

Después de la desgracia todo el mundo sabía que la policía es tolerante, porque una parte de la clase política es tan liberal que se niega a dar las órdenes oportunas para acabar con estas lamentables formas de diversión.  Y es que hay una  irracional tolerancia social con el consumo excesivo de alcohol, bajo los argumentos de ¡quién no ha tomado una copita de más!, se tienen que divertir, son jóvenes, no hay lugares para ellos...

Pero lo que a mí me aterra es imaginar la respuesta a esta pregunta: ¿dónde están los padres? Si un padre o madre que da un cachete a un niño, porque el niño le saca de quicio, puede ser sancionado, ¿no hay responsabilidad en un caso como éste?

Pero como la mejor defensa es un buen ataque, los padres, según noticias de prensa, estudian la posibilidad de presentar denuncia, que sin duda procedería, por dejación de funciones de la policía local, incumplimiento de la ley por parte del establecimiento suministrador, colaboración de un adulto o incitación de los colegas de cuadrilla.

Insisto: ¿dónde están los padres?, ¿hacen dejación de sus obligaciones?, ¿han tirado la toalla? La paternidad es algo más que procrear y parir.