¿Cuáles son los riesgos que se corren con las vacunas contra la Covid-19?

Vacuna contra el SARS-CoV-2. / RR. SS
Vacuna contra el SARS-CoV-2.

Entre aquellas personas que han decidido vacunarse, generalmente por temor, aflora cierta incertidumbre en cuanto a los síntomas que pueden surgir o los riesgos que se corren.

¿Cuáles son los riesgos que se corren con las vacunas contra la Covid-19?

Continuando con la temática de mi último artículo, publicado en MUNDIARIO, voy a responder otras preguntas que son habituales entre aquellas personas que han decidido vacunarse  —quizá por miedo— como por ejemplo, ¿cuáles son los síntomas que pueden aparecer? ¿cuáles son los riesgos que se corren? o ¿qué medicamentos podrían consumir para paliar los posibles efectos secundarios?.

En principio, voy a comenzar definiendo al medicamento como un principio activo, o conjunto de ellos, que forma parte de una forma farmacéutica (comprimidos, gotas, jarabes, inyectables, etcétera) y que está destinado para su uso en animales o en humanos, con el fin de prevenir, diagnosticar, tratar, aliviar o curar enfermedades, síntomas o estados patológicos. Es decir, que el medicamento es un bien creado por el hombre con el propósito de  mejorar su calidad y cantidad de vida —en lo que respecta a su acceso y utilización, por el ser humano, es un bien social—. Sin embargo, todos los medicamentos, inclusive los denominados de venta libre, tienen efectos adversos. Es aquí, en este punto, donde es importante la consulta con el médico o farmacéutico sobre el correcto uso o manejo de los mismos.

Ahora, si nos enfocamos en la pandemia, podremos determinar que tras la aplicación de la vacuna contra el SARS-CoV-2, sin lugar a dudas el más letal de los coronavirus conocidos, los pacientes suelen padecer algunos efectos adversos, que son leves, moderados y pasajeros. No obstante, tenemos que tener en claro que la vacunación tiene más beneficios que riesgos, y es algo para celebrar en momentos donde los sistemas de salud, de casi todos los países del mundo, están al borde del colapso, ya sea por falta de recursos o por el agotamiento que ha generado la pandemia.

A pesar de que han aparecido casos muy aislados de trombosis cerebrales, en pacientes que habían recibido la vacuna de AstraZeneca y Johnson & Johnson, así como también algunas parálisis faciales periféricas en cuatro voluntarios, a los que les habían aplicado vacunas de ARNm, como la de Pfizer y Moderna, a estos los podría definir como extraños o singulares. Independientemente del tipo de vacuna que se administre, los efectos secundarios más frecuentes que aparecen son el dolor, inflamación y rubefacción en la zona de la aplicación —lo que es una buena noticia, estos se deben a la activación del sistema inmunológico—. También, suelen ocurrir dolores musculares, articulares y de cabeza, escalofríos, cansancio o fatiga, fiebre o febrícula y en muy raras ocasiones náuseas o un síndrome pseudogripal con malestar general. A la vez, en toda vacunación debemos tener presente la posibilidad de una anafilaxia, o reacción alérgica generalizada, la cual no es algo frecuente con estas vacunas.

Estos efectos secundarios pueden durar entre 48 a 72 horas, y suelen aparecer, en la mayoría de los casos, dentro de las 12 horas de la aplicación.  Por otra parte, existen vacunados que no manifiestan síntoma alguno tras la inoculación.


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Otras recomendaciones

> Fiebre o temperatura corporal elevada: esta no debe durar más de dos a tres días; en caso contrario, deben acudir a un médico —recuerden que la fiebre, también es un síntoma propio de la Covid-19, y es una posibilidad que al momento de aplicarse la vacuna puedan haber estado incubando la enfermedad; es decir, en este caso la fiebre no es el producto de la vacuna—.

> Dolor en el lugar de la aplicación: pueden aplicar paños fríos o utilizar un analgésico como paracetamol.

> Cefalea o dolor de cabeza, así como un malestar general: pueden utilizar paracetamol (el cual es un analgésico), o ibuprofeno y en su defecto diclofenac (los cuales tienen propiedades como antiinflamatorio, antifebril y analgésico). Vale puntualizar que estos medicamentos no deben usarse como preventivos sino para mitigar los efectos secundarios de la vacuna —las formas de dosificación las desarrollé en el artículo anterior—.

> Cansancio o malestar general: es importante no realizar esfuerzos innecesarios, así como no hacer actividad física intensa durante las 48 a 72 horas posteriores a la vacunación.

> Si los efectos secundarios, propios de la post-vacunación, persisten por más de 72 horas deben acudir a un médico.

Para finalizar, es importante recordar que debemos evitar el abuso o mal uso de los fármacos, por lo que la mejor opción es comenzar por hacer una consulta con su médico de cabecera, así como adquirirlos en una farmacia habilitada, donde nos garantizan la procedencia, calidad y seguridad de los mismos, entre otras acciones. @mundiario

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